domingo, 28 de junio de 2009

PUNTO DE RETORNO

Pasaron los días y Laura no me preguntaba nada acerca de mi encuentro con Dalma.

Hasta que una semana después, en una de nuestras cenas íntimas no aguantó más y cuando llegó la hora de la sobremesa me dijo:

-No me contaste que estuviste con Dalma.

-Descartaba que ella te lo iba a contar.

-¡Así no tiene gracia! ¡Es tu pareja quien te lo tiene que contar!.

-¿ahora resulta que somos una pareja?

No soy de decir sarcasmos pero a veces surgen, como inevitables.

Laura deja los cubiertos a los costados del plato. Agarró la copa de vino tinto y probó un sorbo sin dejar de mirarme a los ojos. El suspenso me está matando pero lo disimulo.

Mientras la miro pienso que si no fuera tan deseable todo esta historia serìa mas sencilla.

-Si no te considerara mi pareja, no te habría compartido. Y menos con ella. Me dice.

-Pensé que era justamente al revés. Que como no me considerás tu pareja me das toda la libertad. Y ya que estamos hablando tan francamente, te aclaro que me acosté con Dalma porque necesitaba alejarme de vos. Necesitaba encontrar un punto de retorno.

-Wow! Esa sí que es toda una declaración. ¡No seas hipócrita!¡Te la cogiste porque te calentaste con ella!.

-¿No es así!. No fué solamente por calentura.

- Igual...aclarame lo del punto de retorno porque no te lo entiendo.

-Ese punto que te digo es el límite hasta donde puedo quererte porque sé que si me paso de ahí, no voy a poder continuar esta relación. Si me paso de esa raya, ya no puedo tolerar ni compartirte ni serte infiel.

-¡La infidelidad entre nosotros no existe! Infidelidad es cuando uno de los dos no sabe que su pareja tiene sexo con otros. Es cuando hay una traición. Vos y yo lo sabemos, lo consentimos, no hay engaños, no hay trampa.

-Ponele el nombre que quieras Laura. Pero no puedo separar el amor de la posesión, ni mucho menos de la exclusividad. Hace tres meses que te acompaño a todas las reuniones con tus amigos swingers. He visto de todo. He escuchado de todo. He prestado atención a todo. Pero sinceramente no los entiendo. Me encantaría ser como uds. Pero me doy cuenta que no puedo si me enamoro de vos. Porque con cada mujer que me acueste, eso nos va a separar cada vez más. Además hay algo que no entiendo.
Siempre me dijiste que los encuentros e intercambios eran siempre en pareja, de a cuatro, que el placer estaba en ver a tu ser amado en hacerlo con otro. Y ahora resulta que yo estoy solito con otra y a vos no se te mueve un pelo.

-Eso es porque es un proceso de maduración. Me aclara ella.

-¿Así? A ver explicame el proceso….

-La docena de parejas que conformamos el grupo de Dalma y Roberto, pensá…¿que tienen en común?

Pienso un poco y digo:
-Que todos tienen una década de experiencia o más.

-¡Eso!..de tanto compartir la cama de a cuatro llega un punto en que esto ya no es suficiente. Y además hay otro gran inconveniente. Es muy difícil que se gusten los cuatro. Muchas veces ocurre que a nosotras nos gusta el marido de la otra pero a el no le gusta la mujer del otro y viceversa. Esto va generando pequeñas frustraciones con el paso de los años en la práctica swinger. Ese quedarse con las ganas de alguien va generando una ansiedad pero también un proceso mental. Hasta que finalmente, por mutuo consentimiento y como un fruto que se cae de maduro, ambos deciden darse la libertad de estar solos con otros, como otra variante más de la vida swinger.

-Eso lo puedo entender en parejas como ellos, que tienen 20 o 25 años juntos y como variante para salvar el matrimonio se tiran a la pileta. Pero ¿nosotros?
Recién estamos empezando. ¿Ya te aburriste de mí?

-No tiene nada que ver con vos. Ni con el aburrimiento. De hecho desde que te conozco no lo he hecho con nadie más. Pero no puedo comprometerme a que siempre sea asi.

-¡Si tiene que ver!. Un día vas a conocer a un tipo que te va a hacer olvidar de todo el mundo swinger. Te vas a enamorar de tal modo que vas a renunciar a toda esa libertad sexual que ahora tanto defendes. Cuando te conocí, tenía la esperanza de un día ser yo ese tipo. Por eso me involucré con vos. Pero desde la propuesta de estar con Dalma me doy cuenta que ya no. Vos entraste en este juego porque dejaste de amar pero el día que ames de nuevo lo vas a dejar.

Ella niega con la cabeza y me dice:

-Me dijiste que la clave del amor esta en aceptar al otro como es, sin intentar cambiarlo. Que intentar cambios en el otro era un defecto femenino, y ahora resulta que vos estas queriendo hacer justamente eso.

Se hace un silencio que disimulo tomando un poco de vino.

-Yo me refería a los defectos personales. Que no se podía cambiar eso. Pero
no veo que ser swinger sea un defecto. Es un estilo de vida. Lo que todavía no se es si puedo adaptarme a ese estilo.

-Yo tampoco quiero imponerte nada, Carlos. No quiero que ninguno de los dos salga lastimado con esta relación. Fijate vos que querés hacer. Quizás sos demasiado romántico para mi.

-Quizas... le digo.

Y se impone un silencio donde los dos nos quedamos ensimismados pero buscando la mirada del otro

-Tus gestos de amor son los que me confunden...los que me hicieron pensar que la relación rumbeaba para otro lado.

-¿Gestos?...¿cuales gestos? pregunta arqueando las cejas

-Gestos como levantarte de la cama todos los días a las siete de la mañana para asomarte a los cinco grados bajo cero de la puerta, solo por un beso mío. O ese par de noches que no dormiste por cuidarme porque yo volaba de fiebre. O sorprenderme con regalos caros cuando se que te cuesta llegar a fin de mes. Todo eso me hacía ilusionar con lo que te decía antes, con el hecho de que un día abandonarías este vicio por mí.

-No es algo que se pueda abandonar, sabelo. Y no es un vicio, es otra forma de amar, sin posesiones, sin contratos de exclusividad, el gozar con el goce de la persona que queres aunque no sea con vos. ¡Yo te quiero! y te lo demuestro como vos bien lo dijiste recien, pero el amor no tiene que ver con poseerme.

-No nos vamos a poner de acuerdo. Son dos formas de querer distintas

Se hace un silencio incómodo en el que nos miramos y ninguno de los dos se atreve a decir algo por empeorar el momento. Hasta que ella me pregunta:

-¿Y entonces como sigue? y se le llenan los ojos de lágrimas.

-Sigue como comenzamos, como amigos con derechos y ese es el límite.
Va a ser difícil respetarlo, porque cada vez que te veo es como dice esa canción
"mi vida es brillante, hoy he visto un ángel, mi corazón es puro, se que soy para ella"

Se viene hasta mi lugar y se me sienta en las piernas, rodeandome con sus caderas.

Me llena de besos y después me dice

-¿vos puro?. Se ríe, me besa y me dice - si sos un atorrante, por eso te elegì.
- dije el corazón...no el resto del cuerpo..

Nuestras bocas están muy cerca cuando me dice
- Sobre lo de ser amiguitos y nada mas.nunca te pedí mas que eso. Si te confundí, disculpame. Y se le cae una lágrima que rápidamente pretende disimular pasándose la mano.

"Que lástima" pienso, "porque yo te lo habría dado todo".
Pero no se lo digo.

Esa làgrima me indica que hay algo en su pasado que todavìa desconozco.

Me doy cuenta que ya no tiene sentido hablar mas del asunto, que aún en el caso en que ella me jurará amor eterno y una conversión a la fidelidad, por su estilo de vida, no podría tenerle confianza. La única forma de amarla es que yo me convierta en lo que ella es y no al revés.

Habrá que seguir poniendo espineles en internet, esperando que el amor pique.
O esperar a que el destino me lo regale en una esquina cualquiera.

Mientras tanto, Laura me endulza la espera.

Ella es como una bella portera en la puerta de Sodoma que me tiende la mano invitándome a pasar. ¿Como resistirse? o en todo caso, ¿para que?...

Por ahora entro.

domingo, 21 de junio de 2009

CUMBRE BORRASCOSA

Lo primero que hice con el papel que me dejó Dalma en el bolsillo de mi campera fue arrojarlo al cesto de los papeles.

Roberto me había caído muy bien como persona y además no tengo necesidad de involucrarme con mujeres casadas. Me imaginaba futuras reuniones con ese matrimonio y no quería arruinar una posible amistad por una calentura.

Si, ya sé: son swingers, pero entiendan que sigo razonando como monógamo desorientado y que ciertos "detalles" todavía se me pasan.

Pero las hormonas se encargaron de alterar cualquier razonamiento.
Recordaba su pelo, su boca, sus curvas, su perfume. Y así un día después me encontraba revolviendo el cesto de papeles, buscando entre los papelitos cual era el que tenía el número de su celular hasta que lo encontré.

Cargué el número de su celular en la agenda del mío pero decidí no llamarla hasta después de unos días.

Esa semana Laura me visitó cada noche. Cuando recibo un mensaje de texto en mi celular que me dice “esta noche” y es de ella, ese es nuestro código de que esa noche me toca. Lo habitual es que Laura me visite tres veces por semana y con eso parece tener su dosis de sexo satisfecha. Pero esa semana posterior al lapdance me visitó cada día de la semana.

Esto me llevó a olvidarme del “asunto” Dalma , ya tenía suficiente con Laura.

Pero en la semana siguiente ocurrió todo lo contrario. Nada de mensajes ni visitas.
El miercoles cenamos juntos y me dijo que estaba muy inflamada. Y para el sàbado yo ya caminaba por las paredes. Asi que volvì a pensar en Dalma.

Recordé las palabras de Roberto “Ella puede darse los gustos sin rendirme cuentas, luego viene y me cuenta lo que hizo, aunque seguramente no me lo cuenta todo”.

Esa independencia sexual por mutuo consentimiento me liberaba a mí de cualquier reclamo que pudiera hacerme Roberto en el futuro.

Hasta ahí todo bien, pero aún me quedaba por resolver el tema con Laura.
¿Sabía Laura lo del papelito? Si fueron compinches en la cama no costaba mucho imaginar que Dalma le pediera permiso a Laura. ¿Y si no fue así y arruinaba la amistad entre ellas? O peor aún ¿y si el papelito era un pedido de Laura solicitado como un favor a Dalma?. No es descabellado pensar que quizás todo era una movida de Laura para que luego ella tuviera vía libre para acostarse con otro.

En una cena con ella le conté lo del papelito.

Por la reacción de su rostro me doy cuenta que ya lo sabía. No hay gestos de sorpresa

Ella se sonrió y me dijo: - ¿y que pensás hacer?

-¿Qué nos dijimos la otra noche en la cama?
- No se…nos decimos muchas cosas
- Que estábamos pasando por un momento en que no necesitábamos a nadie más...
- Pero ahora apareció Dalma. Me dice ella y leo la picardía en sus ojos
- Vos me llevaste hasta Dalma.
- Ahhh no…yo te llevé hasta una pareja feliz
En mi cabeza los celos no me dejan razonar, la estoy viendo a ella con otro y
sospechando una de las habituales manipulaciones femeninas le digo
- ¿Que esta pasando entre bambalinas? Te calentaste con otro y le pediste un favor a tu ex amante para que yo no tenga nada que reprocharte.
Me dí cuenta que había dicho un sincericidio pero ya era tarde.
Laura se puso furiosa
- ¿Pero vos sos o te haces? ¡Tenés un grave problema de auto estima nene!.
¿Pero vos no te miras en el espejo? ¿No ves que sos deseable? Dalma se calentó con vos por eso no porque me deba un favor. Es una swinger: le gusta alguien y se lo encara, ¿te cuesta mucho entender eso? Nosotras cuando alguien nos gusta nos damos el gusto. ¿Te queda claro? Y si yo me caliento con alguien no necesito que alguna amiga mía se acueste con vos para después ir yo a encamarme. ¡No funciona así!
Te lo expliqué desde un principio y me dijiste que lo entendías, pero….
¿Sabes que es lo que creo realmente? ¡Que vos no estas a la altura de esta relación!
Se hizo un denso silencio en el que yo deseaba que alguien me disparara a quemarropa en el rostro. Había metido soberanamente la pata, por celos.
-¡Te pido por favor que te vayas! Me dijo Laura, ya que estábamos en su casa.
Es nuestra primera pelea. Decido irme para no embarrarla más.

Me dejó pensando en eso de la “altura”. Los swingers ven a su estilo de vida como una especie de cumbre. Ahora me parece una cumbre borrascosa, donde parece tan difícil llegar. Pero me doy cuenta que si no trepo hasta ahí y no veo las conductas y actitudes desde esa perspectiva, entonces estoy destinado a perder a Laura.

Recordé un consejo de Roberto “te sacaste la grande con esta flaca, te lo aseguro. Pero ojo, si no entendés que es una swinger, estás en el horno”

Pasaron un par de días en los que Laura no apareció en la puerta de su casa a darme el habitual beso de despedida cuando me voy a trabajar. Se aparece envuelta en una manta, con todos los cabellos revueltos y con cara de dormida. Pero esta vez no.
Solo el fiel (por conveniencia) Kurt esperando su galletita, seguía firme.
-¿Y Kurt? ¿Sigue con jeta la mami? Le preguntè.
El perro tuerce la cabeza, gime primero y después ladra reclamando la galleta.

Finalmente Laura decide responder, luego de una docena de rosas y unos cien mensajes solicitando el perdón, que le envié por celular y msn (ya que no me contestaba el teléfono).
Uno de esos mensajes decía:
“tenemos que hablar"

Esa noche vino a verme a mi departamento. Estaba demacrada, señal de que había estado llorando.
- Quiero que terminemos. Me dijo
- Me parece un poco exagerado todo esto por una pelea. Además es la primera. Esta bien, me pase, te pedí perdón. Pero no merezco la guillotina.
- Sos un tipo genial Carlos....
Sonamos, pensé. Me está endulzando antes de ejecutarme. Empieza a parecerse al discurso de N antes del adiós.
- Vos te mereces una mujer mas...normal, vas a sufrir conmigo.
La tomo de la cintura y la atraigo hacia mi. Me llega al pecho así que tiene que mirarme hacia arriba. Le acaricio el pelo, la tomo de las mejillas y la beso.
La miro a los ojos y la terrible química que hay entre nosotros comienza a surtir efecto. No veo el adiós en esos ojos, todo lo contrario. Vino a probarme.
- Entendeme. Durante 25 años fui monógamo. Todavía me quedan ciertos reflejos de esa vida
- Pero si sos celoso, no tenemos futuro. No quiero hacerte sufrir.
- Puedo manejar los celos, no te preocupes. Y estando a tu lado manejo cualquier cosa.
Y todo quedó ahí. La ruptura no fue tal.
Pero sabía que me habían sacado la tarjeta amarilla.

Finalmente llamé a Dalma. La invité a tomar algo pero se rió y me dijo. “¿para que vamos a perder tiempo? No necesitas seducirme porque ya te elegí”
Quedé pagando como banca de casino. Luego agregó “Los jueves salgo a correr por la lateral derecha de la autopista. Esperame a las 19 hs frente a la escuela que esta cerca del aeropuerto”.

El jueves a esa hora estacioné mi auto en el lugar indicado. Espere un cuarto de hora y ella apareció trotando en la curva que rodea al colegio. Se acercó hasta el auto. Me bajé y la esperé del lado del acompañante. Llegó toda sudada, me dio un beso en la mejilla. Le abrí la puerta, subió. Di la vuelta hasta el lado del conductor y subí.
“Me imagino que conoces el hotel” me dijo. Se refería a un hotel transitorio que estaba a menos de un kilómetro, entre las chacras.


Casi dos horas mas tarde, cuando ya estábamos reposando en la cama, me confesó:
- Aunque no lo creas, estar con otros hombres me hace sentir mejor esposa.
-Si te creo. Pero no entiendo porque.
- Porque comencé con esto por el deseo de él de verme coger con otros. Así que puedo conjugar el darme el gusto con el mandato de él .
- ¿Se lo vas a contar?
- Siempre nos contamos y con todos los detalles. Es parte del juego. Es mi cómplice en esto. Y después él me coge como una fiera. Además…vos se lo vas a tener que contar a Laura.
- Solo si me pregunta
- Te va a preguntar.


La dejé en la tranquera de su quinta.
Los doberman vinieron corriendo a ladrarnos.
Antes de que se bajara del auto y me diera un beso breve en los labios, le pregunté.
¿Cuándo nos volvemos a ver?
Ella me miró cuando si hubiera dicho algo fuera de lugar porque me retó con la mirada.
“Ya nos dimos el gusto. El único hombre que repito en mi vida, es mi marido. Igual quiero que sepas que me encantó”.
Cerró la puerta y se dirigió hasta la tranquera. Los perros saltaban de alegría para lamerle el rostro. Los tres se marcharon por el sendero que conducía a la casa.

No me imagino contàndole todo a Laura, pero luego recorde lo de "estar a la altura"
Y bueno, si quiere saber que pregunte.

lunes, 15 de junio de 2009

ELLA ES BI

Nada me hizo sospechar que Laura es bisexual.

Algunas señales había pero yo no las veía.

Como cuando una noche, estando los dos sentados en un bar, al entrar una rubia hermosa de esas que todos los hombres se dan vuelta para mirar, Laura la observó de arriba a abajo. Imaginé que le estaba mirando la ropa, pero me comentó:

-¡Que hermosa esa rubia!. No te des vuelta ahora, pero después mirala porque es hermosa.

En ese momento pensé que era un comentario del estilo "sana envidia" pero hubo algo en su mirada que me llamó la atención pero no podía precisar que era. Ahora me doy cuenta que fue deseo.

En esa noche con el matrimonio swinger, mientras las mujeres hablaban en la cocina, Roberto me dio casi como en un susurro otro dato revelador "De cada diez mujeres swinger, 8 son bisexuales o me quedo corto".

Y mas tarde, cuando las chicas bailaban el lapdance semi desnudas frente a nosotros, decidieron terminarlo dándose un beso de lengua en la boca.

Casi se me cae la copa de champagne, la escena me dejó con el motor en marcha.

Y a toda marcha nos fuimos esa noche de la casa de los swingers.

Estábamos tan excitados que apenas hicimos un par de kilómetros, al ver que Laura me manoseaba detuve el auto, me aparté del camino de tierra varios metros hasta quedar bajo una hilera de álamos y nos fuimos al asiento trasero. El auto ya estaba bien calefaccionado cuando nos quitamos las ropas y los vidrios se empañaron rápidamente.
Pensé en el peligro de que nos asaltaran pero Laura me cubría de besos, era imposible resistirse y la luna nos regalaba su luz azulada sobre nuestras pieles.
Un par de perros vinieron a ladrarnos pero estaban muy lejos como para molestar.

- ¡uf..como te pusiste! me dijo cuando terminamos.

- ¡Con la rosca que me diste! dije con dificultad porque me faltaba el aire.

Sonrió y pasándome un dedo por el pecho me dijo

- vos te referís a...

- ¡a como te partió la boca la colombiana!

Y mientras nos vestíamos, nos decíamos:

- tenía miedo de que lo fueras a tomar a mal...

- nunca me lo contaste... le reproché

- Me da vergüenza. Me da placer pero también me da mucha vergüenza.

- no te tiene que dar vergüenza, no tiene nada de malo.

- Lo se, pero es lo que siento. No tengo el orgullo "bi" todavía...

- Quedate tranquila. No me preocupa que seas bisex...no lo veas como un defecto.
Al contrario te hace mas exòtica. Le di un beso en los labios y agregué: -

-además no me dan celos que otra mujer te toque.

- ¿porque te excita?

- bueno...digamos que me inquieta, que me enciende la chispa...

- Te excita que otra mujer me toque pero no que otro hombre lo haga...

- Ese es un tema que no pienso tocar por ahora" le digo para no entrar en terreno resbaladizos (para mi). Pero para no quedar como un cavernícola, me explayo:

- Sé que es machista pero es lo que siento. Una vez le dije a mi ex que si nuestra hija venía y nos decía que es bisexual no se me movía ni una ceja. Pero en cambio si el que nos decía eso era nuestro hijo me saltaba la térmica. Y ojo que no tiene nada que ver el morbo que nos provoca a los hombres ver dos mujeres en acción.

- ¿Ah no? ¿Y conque tiene que ver?

- Nunca me puse a pensar en el porque de la diferencia. Los hombres no nos cuestionamos esas cosas. Pero supongo..a ver..dejame que piense en voz alta..creo que tiene que ver con que los heteros tenemos..no se si miedo..pero al menos la preocupación de ser penetrados.

Laura largó una carcajada

- ¿De que te reís? en serio te digo..no te digo que es una paranoia..ni una obsesión, pero es algo que esta en el subconsciente...te doy un ejemplo..cuando un hombre piensa en el temor de ir a la cárcel..no es temor por el encierro..¡es temor porque sabes que te van a romper el upite!

Se vuelve a reír y me pregunta

- ¿Y???? ¿que tiene que ver la penetración?

- Que con dos mujeres uno no lo asocia. Aunque usen juguetes a veces, el hombre asocia dos mujeres juntas con lucha en el barro o con aceite, besos en la boca, toqueteo, tijeras con las piernas...no piensa en que se van a dar con un juguete...
y aún cuando se den con un consolador..¡eso no es un pitulin!

Se vuelve a reír y aprovecho para preguntarle algo que me intrigaba

- Ahora contame como fue tu primera vez con una mujer, como te descubriste bisexual.

- Bueno, una noche con mi ex conocimos una pareja swinger. Primero te cuento que yo jamas fantaseaba con estar con otra mujer. Ni se me pasaba por la cabeza. Pero una noche, una mujer me toco. La mujer de esa pareja swinger que te decía al principio. No fue algo que se hablo. Estábamos en la cama los cuatro y de pronto ella me empezó a tocar. Y de una manera tan especial...que me hizo vibrar de un modo inimaginable como ningún hombre jamas me hizo sentir. Algo distinto. No es igual que con un hombre o sea...no es tampoco para cambiarse de bando, pero si me gusta como una alternativa, de vez en cuando, estar con otra mujer.


-A partir de esa noche comencé a mirar a las otras mujeres con otros ojos. Me quede con ganas de mas. Lo volvimos a repetir y fue peor. Ahora deseaba a otras mujeres. No podía creer ese cambio. Fue como si toda mi vida hubiera estado dormida y despertar a un deseo nuevo. Ver otro cuerpo femenino ahora me excitaba.

- ¿Esa mujer es Dalma?

- No, no es ella. También estuve en la cama con Dalma si, pero ella no me inició.
Una vez Dalma me dijo que una mujer es heterosexual hasta que se deja tocar por otra mujer. Y ahí descubre un mundo nuevo.

- No creo que sea así. Los gay dicen lo mismo, que no te gusta porque no te dejas tocar.

Para no entrar en una discusión cuando va a responder a eso le cambio de tema con una pregunta:

- ¿Y como es Dalma en la cama?

- Es una diosa..es dominante. Y Roberto es una máquina.

Ese ultimo agregado me cayó como una patada al hígado.

- Vamonos de acá antes que nos asalten. Le digo.

Al llegar a mi departamento me puse a ordenar mi ropa. Al colgar mi campera (que había usado esa noche) en el armario metí la mano en los bolsillos buscando unos billetes que había puesto ahí y me encontré con un papel doblado que no recordaba como mío.

Lo abrí y me tenía escrito un numero de un celular.

Y abajo decía

Dalma.

domingo, 7 de junio de 2009

SEÑORAS DE NADIE

Dalma me dirigió la mirada mas sensual que alguna vez le vi a una mujer y luego me dijo: "tenés razón, en el sexo somos las señoras de nadie"


Llegar hasta la casa de Dalma y Roberto fue casi una odisea.

Viven en una quinta en las afueras de la ciudad.

Había llovido hace unos días y dejar la autopista para seguir ese sendero repleto de pozos hacía que mi Chevrolet Astra se balanceara de un lado a otro como si fuera un bote.

A mi lado, Laura hacía equilibrio con el tiramisú que había preparado especialmente para la ocasión. Luego de unos veinte minutos de andar en primera y segunda, llegamos hasta la tranquera. Me bajé del auto y la abrí. Volví rápido porque hacía mucho frío.

Nos recibieron dos enormes perros doberman que comenzaron a gruñirnos apenas el auto se detuvo frente a la casa.

Se escuchó la vos de Roberto llamándolos en un argot que pareció algo dicho en alemán, y los perros abandonaron el tono amenazador y se quedaron tranquilos con las mandíbulas descansando contra el suelo.

"¡Ay me dan miedo los perris!" dijo Laura y por las dudas se puso detrás mío.
Pude sentir la bandeja del tiramisù en mis riñones.

Roberto me saludó muy amable, como si me conociera de toda la vida. Es un hombre alto, canoso, delgado y muy bien conservado para los 55 años que dice tener.

Pude ver que al abrazar a Laura aprovechó para tocarle el trasero, a lo que ella sonriendo, le apartó la mano pero sin prisa. Estoy seguro que lo hizo por mi y no por ella. Sentí una punzada de celos.

No tengo ninguna fantasía con los intercambios de pareja. No por un tema moral, sino exclusivamente por celos. No toleraría que alguien le ponga la mano encima a la mujer que amo. Si bien Laura, no entra en el rango de "mujer amada" al menos la siento como mi pareja y no me haría bien verla con otro ni mucho menos excitarme. Es cierto que no nos prometimos fidelidad, pero ojos que no ven....

Pero igual accedí a esta invitación a cenar con la pareja swinger mas experimentada de la ciudad por dos motivos: el primero por satisfacer a Laura, se tratan de sus amigos y quiero conocerlos (y que me conozcan) y segundo porque tengo una enorme curiosidad por estar ante una pareja con "semejante" currículum.

Dalma es una mujer preciosa y encantadora. De aspecto similar al de Laura, morena, bajita, menudita. Supongo que tiene los senos operados. No representa para nada los cincuenta años que dice tener. Es imposible no sentirse atraído por ella por un razgo que a los hombres nos hace caer rendido a los pies de la dama, me refiero a su sensualidad.

En el ambiente es conocida como "la colombiana" y eso se le nota en el acento al hablar. Yo le pondría Lady feromona, porque es una de las mujeres mas sensuales que he visto en mi vida. No tanto por lo bonita, sino por esa piel que te genera su proximidad.

Como explicarlo... digamos que uno jamas se dejaría atar a la cama por una mujer, excepto por ella.

Ya en la cena y luego de algunos temas, comenzamos a hablar del mundo swinger.

A Roberto le fascina el tema. En el ambiente lo llaman "el maestro" porque con sus quince años de swingers junto a su mujer es el mas experimentado hombre de la zona en el "tema". Incluso llegó a ser invitado a hablar por radio en un programa sobre temas sexuales que una FM local emite a la medianoche.

Nos contaban sus comienzos. De como el fantaseaba con ver a su mujer teniendo sexo con otro hombre. Que la mayoría comienza así. Haciendo tríos, para luego pasarse a la versión de intercambio de pareja. Como en esa época no había Internet, era muy difícil hacer los contactos. Usaban un local de Sexshop para dejar cartelitos en una pizarra. Otras veces compraban revistas sobre el tema y ponían avisos ahi.
Al principio les deba pudor hacerlo en la misma ciudad donde vivían y así los intercambios los hacían viajando.

Roberto es un empresario rural de gran poder adquisitivo. La mayoría de las parejas swingers son de clase media alta, aunque me comenta que ahora se ha expandido hacia abajo.

La mayoría de los primeros contactos los hicieron en Capital. Conocieron a una pareja mas famosa que ellos: los dueños de la revista (y ahora sitio web) "entrenos".
LLegaron a participar de algunas "fiestas" organizada por esta revista. Fueron a boliches swingers. Ganaron experiencia en tríos, orgías e intercambios.

Ya con mas experiencia comenzaron a tener contactos en nuestra ciudad y hoy en día hay poco mas de un centenar de parejas (cifra sorprendente para una ciudad con trescientos mil habitantes).

Contaron anécdotas muy divertidas. No parábamos de reírnos con Laura. La sensualidad de Dalma sumado al enorme carisma de Roberto hacen de ellos una pareja "deseable" así que no es de extrañar su enorme éxito en el terreno swinger.

Se dice de ellos que no dejan títere con cabeza y ahora que los conozco, lo creo.

Por mi curiosidad asociada al morbo les pregunté de todo y respondieron amablemente a cada una de mis preguntas. Y es que les apasiona hablar del tema, para ellos es un estilo de vida. Me explicaron que las parejas mas experimentadas, con años de practica swinger, se conceden la independencia sexual por mutuo consentimiento.

"Es otra forma de darnos el gusto" explicó Dalma.

"O sea que en la cama, uds. vendrían a ser algo así como las señoras de nadie" le digo.

Dalma me dirigió la mirada mas sensual que alguna vez le vi a una mujer y luego me dijo: "tenés razón, en el sexo somos las señoras de nadie"

Me quedo pensando que los swingers y los amigos con derecho a roce se parecen en eso solo que se me hace difícil entender como cuando hay amor se logra pasar la barrera de los celos. No soy un tipo celoso. De casado N coqueteaba con muchos hombres y a mi eso no me molestaba. Pero de ahí a que te metan la mano en el plato (y encima yo soy de acuario).

Otro dato interesante es que si bien no se consumen drogas ni alcohol, el uso de sidenafil es moneda corriente entre los hombres swingers.

"Cuando recién empezas a meterte en la cama de a cuatro es casi imposible que se te pare" me cuenta Roberto y agrega "te lleva varios encuentros acostumbrarte, por eso al comenzar tenés que masticar viagra". Me dice que el rendimiento que se logra es fantástico y que se pueden alcanzar perfomances dignas de un atleta sexual ya que retarda el orgasmo por horas.

Mas tarde cuando estábamos los dos solos tomando unas copas en su bar del living, sacó una pastilla del bolsillo, me la mostró y luego me la puso en mi bolsillo del pantalón diciéndome "vos probala y después me contás" mientras me guiñaba un ojo y se reía a carcajadas.

Guardé esa pastilla como un pequeño recuerdo de esa grata noche. Como el cazador que guarda una bala. Esta de adorno pero algún día puede servir para ser usada.

En el living me mostró una consola de música y un equipo de luces "son de mi época de DJ" me comenta. Mientras hablábamos esto pude ver que las mujeres se retiraban a un cuarto y cerraban la puerta.

Roberto fue hasta el comedor y trajo dos sillas que puso sobre la alfombra del living
y las ubicó en forma paralela una de otra pero bastante separadas.

"¿Y eso?" le pregunto.

El se sonríe y me dice:

"Vos sentate ahí, que esta por comenzar el show"

Me sentè y vi que el iba hasta la consola a tocar botones. Luego hizo algo con el control remoto.

Luego me trajo una copa de champagne y se sentó en la otra silla junto a mi.

Y ahí me quedè, esperando ansioso y sospechando lo que iba a pasar después de
que esa puerta se abriera. Roberto apagò las luces. Nos quedamos a oscuras por unos segundos. Luego se encendierons las luces de colores que ahora enfocaban la puerta del cuarto.

Sabìa que se venìa un lapdance, no solo por toda la puesta en escena, sino porque se lo habìa pedido a Laura en la intimidad, que me gustaría que ella me hiciera uno cuando vimos la última de Tarantino (Death Proof) en el dvd y luego de la escena del baile le había pedido "alguna vez quiero uno de esos para mi"

Y ahí estaba, sentado como un rey, esperándola.

Como se dice siempre en estos casos..

cuidado con lo que deseas porque te será concedido.