ES POSIBLE

Finalmente ocurrió.

Si, es como dicen, internet lo hace posible.

En la cita número 18 apareció ella.

Un angel. Ojos azules intensos. Pequeñita, menudita. Cabello castaño claro, casi rubio lacio. Cuando me acerqué a la mesa para saludarla mi corazón comenzó a bombear y las palmas de mis manos a sudar un poco. En la foto ya se veía bonita pero personalmente podía ahora corroborar que ese retrato no le hace justicia.

Pero a mi no me enamora la belleza, en todo caso, la belleza es para disfrutar en silencio o para regocijarse en su visión.

No, lo mejor fueron esas cinco horas mágicas donde ella desnudó su manera de ser,
con una franqueza absoluta, me fue demostrando que parece una versión femenina mía, un alma gemela que me sorprendía con cada semejanza.

Ademas su cirncunstancia: vive sola, con hijas adultas ya recibidas, totalmente independiente, lleva una vida tranquila y es socialmente moderada, con un circulo reducido de amigos.

Es tres años y medio mayor que yo, pero ni se notan, porque ella aparenta diez años menos de los que tiene. No es una diferencia que me asuste o me preocupe.

Y cuando le pregunté si creía en la amistad entre el hombre y la mujer me dijo que yo esperaba que me dijera: que no creía.

Hablamos de tantos temas, nos hicimos tantas preguntas, por un momento sentí que la química entre los dos nos iba a inmolar en esa mesa del bar, que luego se transformó en mesa de restaurante.

Y lo mejor, el postre. No se regaló. Aunque su deseo era evidente como el mió, ninguno de los dos preguntó...tu departamento o el mío. Era una prueba que le estaba haciendo. No te regales, supliqué en mi mente. Y ella me leyó.

Solo fue un beso y se bajó del auto y la esperé a que entrara.

Antes le había preguntado

-Crees que lo nuestro es posible?
-Totalmente posible. Me respondió

Y no hizo falta mas nada.