viernes, 30 de octubre de 2009

EN LA SALA DE ESPERA

Jueves 29 de octubre.

-Tenemos que hablar. Me dice N por el celular.
Los jueves no es uno de nuestros días pactados para vernos.
-Me parece bien porque yo tengo algo que decirte. Le contesto.
Esa noche la paso a buscar. Ya en el interior del auto me pone la mano izquierda en mi muslo derecho mientras conduzco. Un gesto que también hacía S, y también Laura, tal vez alguna otra también. Pero ninguna mano se siente sobre mi pierna como la de ella.
En el semáforo nos detenemos y aprovecho para contemplarla.
Se la ve de muy buen ánimo. Eso sumado a su mano que sigue en mi muslo, es un buen augurio de lo que quiere decirme.
Comienzo a distenderme. Lo que yo tengo para decirle no es nada bueno. Comienzo a repasar mentalmente mi discurso y me doy cuenta que voy a tener que suprimir varios párrafos.
-¿Decime, en tu depto no se me quedaron unos zuecos mios?
-No. Los hubiera encontrado el sábado cuando hice la limpieza.
-Entonces se me quedaron en el baúl del auto del pelotudo.
Esta semana G ha sido degradado a la categoría mas baja.
Su nombre ha sido reemplazado por adjetivos como “basura”, “boludo”, ahora “pelotudo”. ¿Que pasó esta semana entre G y N?. ¿
Alguna charla definitiva por msn, o por celular?
¿Con 3 sesiones de terapia G fue a parar a la tumba de los olvidados?
Cuando estoy preparando la cena, le ofrezco vino.
N no acepta. Desde esa noche que tuvimos sexo, N no ha vuelto a probar el vino.
Finalmente le preparo un Fernet Cola.
-Bueno, hablemos. Le digo
-Vos primero. Me dice
-Las damas primero. Retruco.
-No seas cagón.
-Bueno. Lo que yo tengo que decirte no quiero que suene a reclamo. Ni mucho menos como una presión. Tampoco es un ultimátum. Sino simplemente una expresión de cómo me siento. Una vez en este mes que pasó me dijiste que deseabas saber como me iba sintiendo estando a tu lado. Así que lo que voy a decirte, tiene que ver con ser franco, con que vos sepas lo que pasa por mi cabeza y mi corazón.
Ella me mira con gesto de preocupación.
-Lo que quiero decirte es que este mes junto a vos aprendí que el amor no correspondido es peor que la soledad. Y también te dije una vez que estando solo aprendí que estar en pareja es para estar mejor o igual que solo, no peor. Y que estar en pareja tiene que ser un deseo, no una necesidad.
Lo que veo en los ojos de N me desarma, reconozco esa mirada.
Nos miramos fijamente y veo el miedo en sus ojos.
-Carlos te juro que lo que voy a decirte no tiene nada que ver con esto que vos me decís.
O mejor dicho, tiene mucho que ver pero no surge ahora como respuesta a esto que vos me decís. Es algo que lo ví el lunes, en mi tercera sesión de terapia. Es como que me cayó la ficha. G ya es historia. Ya ni me acuerdo de él. No me interesa ni tomar un café con él. Eso, sumado a que hice un repaso de todo lo que vos hiciste este mes por mí.
Cuando le contaba a la psico todo lo que viví con vos este mes, lo que hiciste por mí, lo que dejaste de hacer. Pasaste una prueba muy dura. Y muchas veces me dijiste que nuestra ruptura fue como una implosión, que lo nuestro no estaba muerto. Que yo tenía que buscar bajo los escombros y que te iba a encontrar, vivo, y respirando. Que los escombros son los rencores. Que esos rencores son por mi baja auto estima. Bueno, sabes, en esta tercera sesión voy viendo que eso que vos me decías es cierto. Este lunes ya no hablé de G con la psico. Toda la hora fue para vos. Y me di cuenta que me surgen sentimientos nuevos con vos. Que vos vales oro. Que tenés todo lo que una mujer busca en un hombre. Que te puedo amar otra vez. Que solo necesito tiempo. Se que la tensión sexual te está poniendo al límite. Pero…vos te acordás cuando eramos novios, ¿cuanto tiempo te hice esperar?
-Tres meses.
-Bueno, esta vez no va a ser tanto, y ya nos gastamos un mes. Pero sabes que pasa, no quiero coger con vos, quiero hacerte el amor en lugar de cogerte. Quiero sentir que me haces vibrar otra vez. Por eso te pido un esfuerzo mas, solo un poquito, ir despacio, vos dejáme que esta energía que siento hacia voz se transforme otra vez en amor.
No puedo decir nada. Siento que me voy a derrumbar.
-En ese contexto, puedo seguir esperando. Además, deja de ser amor no correspondido para ser….amor en la sala de espera.
Me aprieta las manos con las suyas.
-¡Gracias por tanta paciencia!
La miro y le digo
-¡Gracias a vos, por tanta esperanza!
Y brindamos.

miércoles, 28 de octubre de 2009

DEJA VOO

Miércoles 14 de octubre .

El día que casi se pudre todo.

N me llama al celular para narrarme su primera sesión de terapia.

Me dice que la psicóloga le cayó muy bien, que se sintió muy cómoda y que sin duda seguirá el tratamiento con ella.

-Me dijo que no podemos vernos más.

Me siento muy decepcionado. N me esta mintiendo, o al menos, comienzo a imaginar lo que le habrá dicho a su psico para que ésta la “oriente” con este consejo en una primera sesión.

Hace una pausa y luego agrega:
-Solo si vos te conformas con el rol de amigo podríamos seguir....

Tengo una sensación nueva con N. Ahora tengo bronca. Siento que la furia me invade y no la puedo contener.

-¡N, no me mientas!. Los terapeutas no te dicen que hacer, y menos en una primera sesión. O en todo caso, qué le habrás dicho para que en una primera sesión ya te oriente en eso.
-Le dije lo que siento. Que vos sos mi mejor amigo en este momento.
-Pero no le dijiste que vos también querès intentarlo por última vez. ¿O cambiaste de idea y yo me vengo a enterar ahora?
-Pero yo no estoy lista para ninguna relación ahora....
-¡Obvio que no estas lista! ¡Estamos hablando dentro de unos meses! Es lo que hablamos, ¿de que estuvimos hablando todos estos días?

Me doy cuenta que en este momento quiero patear el tablero.

-¿Volves a plantearme por enésima vez el papel de amiguito?

Hace silencio, no me contesta, entonces le digo.
-Vos ya sabes que yo no puedo asumir ese rol de amigo . Y también sabes porque.
-Carlos esto va para largo. Quizás un año, quizás mas. Hace tu vida. Seguí conociendo mujeres. Trata de encontrar la felicidad.
¡No me puede decir eso después de lo que hemos hablado!
Entonces me doy cuenta que no deseo volverla a ver, estoy harto. Estoy tan furioso que casi puede sentir espuma saliendo por mi boca. Me pongo irònico cuando le digo:
-Bueno no puedo espararte tanto N. No soy un monje tibetano tampoco.
Pero quien sabe, si en un año estoy libre, cosa que dudo, y vos decidís que podes volver a amarme, podemos tener una oportunidad. O quizás ya me olvidé de vos. O quizás encontré finalmente la felicidad. Quien sabe. Pero permitime que me sienta muy triste hoy. Concedeme ese sentimiento al menos.
-Tenes que tratarte vos también Carlos.
-Arranco el miércoles 21. Ya tengo el turno.
-Vas a estar bien entonces.
-Supongo que si. Pero te pido una cosa. Ayudame a estar bien. No nos veamos físicamente, hablemos lo indispensable, no estés en la casa cuando voy por el perro, esa tiene que ser tu ayuda.
¿Cuántas veces le dije esto?
Creo estar teniendo un Deja Voo.
-Te prometo que va a ser así. Pero no te enojes.
-No estoy enojado.
-Te conozco el tono de voz Car
-Estoy dolido que es distinto
-Car, tenes un arrastre de tu infancia, hay algo no resuelto, por eso no te podes librar de mi y me seguís buscando en otras mujeres. Cuando resuelvas eso vas a volver a ser feliz. Eso me dijo la psico.
-Que rápido hace los diagnósticos tu pisco, es brillante.
-Estas enojado, no quiero despedirme así
-Ya nos despedimos N. Que seas feliz.
Estar dolido me pone furioso.
-No me hables en ese tonito..me dice.

Le corto.
N llama. No atiendo.
Vuelve a llamar.
No atiendo.
A la media hora vuelve a intentarlo.
No atiendo.
A la hora prueba de nuevo.
No atiendo.


Pasa una hora, quizás un poco mas.
No me siento del todo mal.
Estoy enojado. Eso es mejor que estar triste.
Siento que N no le dijo la verdad a la terapeuta.
O quizás no me la dijo a mi o quizás se mintió a si misma.
Tal vez esta mucho mas loca de lo que yo creía.
No voy a volver a llamarla. Esto se terminò.

Recibo un mensaje de texto en el celular. Debe ser de ella. No lo leo.

Suena el portero eléctrico de mi departamento.
Estoy mirando Argentina vs Uruguay en la tv. Ni pienso atender.
Vuelve a sonar.
No pienso atender.
Suena tanto que se vuelve insoportable. No para de sonar.
No puede ser N.
¿Quién puede venir de visita mientras juega Argentina vs Uruguay?
No puede ser otra que N.
Atiendo.
Es N.
Salgo del departamento y recorro la playa de cemento que me conduce hasta la puerta que da a la calle.
Abro.
Nos miramos.
-No entiendo para que viniste. Si esta todo claro. Le digo.
-¿Me vas a dejar pasar?.
Lo pienso unos segundos pero la dejo pasar.
-Ya que no me atendes el celular, vine a decírtelo personalmente.
Entra y caminamos hasta mi departamento.
Ya en el interior, me dice.
-Lo estuve pensando bien...y no puedo hacerle caso a la psico en esto.
-Que bueno que digas eso. Pero cada vez entiendo menos.

-Que te quede claro... Me mira a los ojos seria y con el tono de voz muy firme y sigue diciendo:

-Vos me salvaste la vida. Nunca hubiera podido superar esto sin vos. Realmente me sorprendiste,
cuando te conté todo y decidiste apoyarme, tenías todo el derecho del mundo de decirme “jodete por boluda”, vos te lo buscaste. Haberme mandado al carajo. Dejarme sola. Pero no. Como siempre. Estuviste ahí. Siempre fue así con vos. Jamás me fallaste en lo realmente importante. Si no fuera por vos, hoy estaría seis metros bajo tierra. Y eso jamas lo voy a olvidar.

-Lo que me decís es muy fuerte. ¿Como podes cambiar de una hora para otra?

-Solo te explico que reflexioné. Nadie me contiene como vos. Y hoy me doy cuenta que el amor tiene que ver entre otras cosas, con eso. Con valorar al que nunca te falla. Estoy con vos porque me haces sentir bien. Lo lamento por la psico si no lo entiende. Pero perderte es un lujo que no pienso darme.
Te prometo que a partir de hoy nuestra relación va a estar en mis oraciones de cada día.
-N la psico te orienta pero las decisiones son tuyas.
-Por eso estoy acá.
Desde la tv llega un grito de gol.
¡Gol de Argentina!
Nos abrazamos y festejamos.
Es por el seleccionado.
Pero tambièn por nosotros.

lunes, 26 de octubre de 2009

BAJO EL SOL

Sábado 24 de Octubre.

Me despierto escuchando la respiración de N muy cerca de mí.
Me levanto para apagar la calefacción. Hace demasiado calor en el dormitorio. Voy hasta el comedor, ya no tengo sueño. Me siento en el sillón y me pongo los auriculares para escuchar un poco de música de la laptop.
N duerme conmigo 3 noches a la semana. Otras dos noches viene la nena, así que solo me quedan dos noches para mí, donde recupero mi reinado absoluto. No esta mal así, es como un equilibrio perfecto. Con 2 o 3 noches por semana de soledad, me alcanza.
Pero las 3 noches que duermo con N, son las que menos horas duermo. Supongo que es una mezcla de todo: la tensión sexual, el olor a cigarrillo en su pelo, sus ronquidos.
Una noche sin ella es un descanso. Dos noches ya comienzo a extrañarla. Tres noches sin ella pareciera ser mi limite. Necesito sentir el roce de su piel contra la mía. Abrazarla, que me abrace. Que es ella la que me excita y no otra.
Estoy a oscuras pensando en todo esto y siento que las manos de N me quitan los auriculares.
-Vení a la cama conmigo.
Me da la mano y nos vamos a acostar.
Nos abrazamos y cuando ella siente mi erección, me dice:
-Lamento sentirme como una piedra. ¿Cómo podes aguantar?
-Me masturbo antes de que vos llegues.
Sonríe y me dice
-Ya ni siquiera me masturbo. Antes, durante los primeros meses de la separación, si. Me encantaba masturbarme, pero ahora no puedo. Estoy bloqueada.
-Ya se te va a pasar.
-Espero que pronto.
Pienso “mas te vale” pero por supuesto, no se lo digo.
-No deberíamos dormir juntos.
Me rió.
-Ya me lo propusiste hace una semana…y ..¿cuantas noches aguantamos?
-Tres. Me dice y sonríe.
-Cuando yo te diga que ya no lo soporto, te aviso.
Nos quedamos un rato así, en silencio, abrazados y nos volvemos a dormir.

El domingo a la mañana nos fuimos hasta la casa. Bien temprano, porque después de casi un mes de estar juntos, sentí que se había ganado algo más de parte mía:
El corte de la gramilla. O mejor dicho: desmalezar, arreglar el desastre de césped tan crecido que ya parece un matorral. Cuatro meses sin que nadie lo haya cortado dejó un yuyal frente a la casa.
Sentí deseos de reparar eso, desde los primeros días de octubre, cuando G desapareció de su vida. Pero me contuve. Deseaba que N hiciera mérito y se lo ganara. Que entienda que puedo seguir dándole cosas pero respetando mis tiempos.
Comenzamos a trabajar juntos. Yo desmalezando, cortando, arrancando y ella al lado mío levantando los restos para meterlos en la enorme bolsa vacía del alimento para perros.

Esto del césped crecido es un símbolo de la fantasía que N se hizo en la cabeza con G. Ella que dice que el le dió todo, que ella solo tenía que desear algo para que el saliera corriendo a buscárselo, y el príncipe azul no fue capaz de agarrar la máquina de cortar césped ni una sola vez durante los tres meses en que visitó la casa. Otro símbolo fue encontrar cuatro paquetes vacíos y hechos una bola tirados entre las matas de césped crecidos. La marca que el fuma.

Mientras seguimos trabajando bajo un sol que ya comienza a hacernos transpirar, me digo que todo eso ya no importa. G ya es historia. Y estos son los últimos vestigios de su presencia.
N ha mejorado mucho. Esta estable emocionalmente. Ya no habla de el en mi presencia. Y cuando comienza a decir algo en referencia a él, se da cuenta, se frena y cambia de tema o se calla. Ya gastó tres sesiones de terapia y eso se nota.

Todo parece ir bien con la primera parte del plan, que es su recuperación. Se que hasta que ella no este bien, no puedo pensar en que lo nuestro avance. Pero ya casi pasó un mes y se fue volando. Puedo esperar otro par de meses y creo que ese es mi límite.
No todo ha sido color de rosa.
Mañana y pasado publicaré dos post de dos malos momentos donde todo pareció pudrirse, pero salimos adelante. Fueron escritos en caliente, pero decidí no publicarlos hasta ahora, porque aposté a que todo mejoraría y fue así.
No hemos hablado de plazos con N.
Pero los dos sabemos que esta ahí.
El reloj esta corriendo.
Sin prisa pero sin pausa.

Me olvidé de contarles que el inodoro sigue perdiendo.
Ahora sí puedo repararlo.

jueves, 22 de octubre de 2009

EN TERAPIA

Miércoles 21 de octubre.

El consultorio del psiquiatra esta en penumbras. Son las 17 hs y en la calle el sol está a pleno, pero en el interior, las persianas están totalmente bajas y el estudio permanece iluminado tenuemente por un velador. Un gato duerme sobre un mueble junto a la ventana. Hay libros desparramados en el escritorio.
El PSI es un pelado de unos setenta y pico de años. Recibido en 1970 según ví en el diploma de la sala de estar. Nos damos la mano y me siento en una incómoda silla de madera que hace ruido cada vez que me muevo.
Le explico quien me derivó y porqué.
Me observa atentamente y luego me dice.
-Busque en ese diccionario la palabra pulsión.
Hay un par de tomos del diccionario de la Real Academia.
Mientras busco en el tomo 2 soy consciente de que me esta estudiando.
Estoy tranquilo, cansado después de nueve horas de oficina, pero sereno.
No encuentro la palabra. Se lo comento.
Se lo que quiere decir la palabra porque la he buscado en Internet mas de una vez,
Y sería algo así como la energía psiquica que dirige el comportamiento de una persona hacia un fin. Conseguido el fin, la energía se descarga.
Justamente comencé a inquietarme por esta palabra preguntándome si lo que yo siento es una pulsión por N.
Mi conclusión es que no.
Porque mi energía no se descarga estando con ella, ni seduciéndola, ni haciendo el amor, ni discutiendo, ni insultándonos. Es lo contrario. Con N, mi energía se retroalimenta. N es como un motor. Una batería de carga.
Todo esto lo pienso en el consultorio, pero por supuesto, no se lo digo.
Me dice que busque la palabra compulsión.
Cambio de tomo y la busco.
Le leo:
“Inclinación, pasión vehemente y contumaz por algo o alguien”

Eso siento por N.
Le cuento sobre mi separación. Me pregunta si alguna vez le fui infiel. Le respondo que no, y que no fue por falta de oportunidades. Y lo mismo N, que seguramente tuvo más oportunidades que yo. Salvo que ella solo fue infiel sobre el final, y por mi negación a ver la realidad de lo que estaba pasando con la relación.

-En 15 meses de citas por Internet conocí 21 mujeres. Tuve experiencias swinger.
Me acosté con una decena de mujeres. Tuve una relación de amistad con derecho a roce por 4 meses. Una relación amorosa que solo duró 4 semanas y terminó mal. Después de todo eso, tengo la sensación de que todas están más locas que mi ex mujer.
Y que ninguna de ellas tiene las virtudes de mi ex.
En cada una de las relaciones que intenté armar, busqué un clon de ella. Así que ahora que tengo la oportunidad de volver con ella, no pude resistir la compulsión. Necesito orientación para enfrentar esto y tener un soporte porque es probable que salga mal.

Sonríe y me dice

“Realmente el trastorno compulsivo que a ud le preocupa es una boludes comparado con lo que me acaba de decir”
Nos reimos y le aclaro
“Se que es la punta del iceberg, lo tengo clarito”
-Ah, que bueno que me diga eso.
Luego se siente intrigado por el tema swinger.
Se sorprendió al escuchar la palabra, no lo relacionaba con el intercambio de parejas.
Me hace hablar una media hora sobre mis experiencias.
Me imagino al viejo buscando por Internet esa misma noche, las páginas web que le mencioné. Es un tema que deja caliente a cualquiera.
La sesión dura una hora y cuarto. Claro que en ese tiempo el PSI debe haber hablado de filosofía durante unos 20 minutos, mínimo.
¿Tendremos alguna vez la sensación de que el PSI que nos atiende no está mas loco que uno?
¿Qué tiene que ver la evolución de la especie humana con mi problema?
Pero bueno, al menos el viejo pregunta cosas, orienta pensamientos, propone tareas para el hogar y si: divaga un poco y me hace acordar a Mariano Grondona cuando se va por las ramas, pero nadie es perfecto.
Me pregunta si ella también quiere volver.
-Quiere pero no es el momento, ella esta superando un desengaño amoroso por una relación que duró tres meses.
-¿Lo hacen por los hijos?
-No tiene nada que ver con los chicos. Ellos asumieron el divorcio. Es por nosotros, no es por nadie mas.
Me dice que por ahora no me va a medicar. Que me nota emocionalmente estable.
Decido encarar un tratamiento con el.
-Para la próxima sesión pregúntese si quiere volver con ex mujer por amor o por egoísmo.
Ya tengo la respuesta a eso.
Al salir del consultorio no me siento ni mejor ni peor.
Pero veo que tengo una llamada recibida de N.
Y me doy cuenta de que si siento algo.
Siento que hoy no tengo ganas de verla.

miércoles, 21 de octubre de 2009

SEXO CON LA EX

Miércoles 7 de Octubre

Es la segunda noche que N decide pasarla conmigo.
N me dice que el Merlot le ha dado sueño.
Nos tomamos una botella entre los dos, entre charla, sonrisas, miradas cómplices.
Ya es casi medianoche.
Nos vamos a la cama.
Nos desvestimos dándonos las espaldas. Ella termina primero y se mete en la cama.
-Quiero uno de tus relajantes masajes. Me dice
La miro y veo que se ha desnudado por completo.
-Ah no, señora. Ud. No puede hacerme esto. Esta bien que nos acostemos y no tengamos sexo, pero que te acuestes desnuda, ya es pedirme demasiado.
Sonríe pero sigue con los ojos cerrados y con el cuerpo boca abajo.
Voy hasta la biblioteca que esta en el pasillo que conduce al baño y agarro tres velas aromáticas.
Las enciendo y las dejo en el piso del dormitorio.
N me observa
-¡Epa! ¿Me queres seducir?
-Tengo que mirar donde te toco cuando te masajeo. No quiero reclamos de la cliente.
Corro las sábanas y trato de no mirar sus nalgas desnudas.
-Tengo que sentarme ahí N. Ponete la bombacha.
-No seas cagón y sentate de una vez.
-Si te violo, no me pidas el libro de quejas.
Para quedar en igualdad de condiciones, me quito el calzoncillo y lo dejo caer al lado de la bombacha de ella.
Ella lo ve caer y lo mira en el suelo.
Me siento sobre sus nalgas.
-¿Peso? Le pregunto.
-Perdiste como cuatro kilos, por lo menos.
Comienzo a masajearla en la nuca, la base del cuello.
Apenas la toco, comienzo a excitarme.
Pero no hago nada, sigo con mi masaje y dejo que ella lo sienta.
Recorro su espalda y cuando ya pasó como un cuarto de hora, me pregunta
-¿Cuánto hace que no coges?
-Un mes, desde que rompí con S.
-¿Que?..¿vos un mes sin coger?..¡que desperdicio nene!.
Cuando termina de decir esto, se da vuelta en la posición hasta quedar su espalda contra las sábanas y quedar frente a mi.
Nos miramos por un largo rato como si no recordáramos nuestros cuerpos.
Esos que sabíamos de memoria y ahora se sienten extraños.
Busco sus ojos al entrar en ella.
Fue algo furioso. Salvaje. No recuerdo haberla besado mientras lo hicimos. Fue como si en el desesperado choque de nuestras pelvis pudiéramos expiar toda la culpa, el rencor, las lágrimas derramadas, el dolor de las almas, y recuperar la memoria de la lujuria que alguna vez tuvimos.
Buscamos el desahogo del orgasmo simultáneo como una sanación. Solo después de eso, pudimos besarnos.
-Hay cosas que jamás se olvidan. Le dije.
Ella me abraza contra su pecho, y nos quedamos así, recuperando la respiración y el ritmo de nuestros corazones.
Hasta que nos quedamos dormidos.

Siento que N golpea su pubis contra mis nalgas.
-¿Te vas a despertar dormilón?
Ya hay luz solar. Me doy vuelta y la aprieto contra mi.
-¿Buscando el replay?
-Momentito amigo. Me dice y pone la mano para separarnos.
-Lo de anoche fue un desahogo. Lo necesitábamos. Pero ahora ya está.
Se tapa el pecho con la sábana.
Intento tironear de la sábana para dejarla desnuda, pero ella lo impide mientras sonrie.
-¿Qué te dije atorrante?
-¿De que tenés miedo N?
-De que vos te confundas.
Me da la espalda, se viste con una camiseta de dormir y la bombacha. Se levanta y va hasta el baño.
Me levanto para ir a preparar café. Como estoy descalzo no escucha mis pisadas y cuando paso por el baño la veo que esta haciendo morisquetas frente al espejo y sacudiendo los pelos, como si fuera una nena.
Le miro las piernas, el trasero y quiero tocarla otra vez.
Pero ella me descubre mirándola, le da vergüenza, hace una mueca de desagrado, y cierra la puerta para que ya no pueda mirarla.
Pero la escucho cantar.

A la noche siguiente, hablando por el celular, me reprocha.

-Anoche no debimos hacerlo.
-¿Qué tiene de malo, N?. ¡Lo necesitábamos!
-¡Vos lo necesitabas!. Me diste tanto vino que finalmente lo lograste.
Me estoy enojando con ella, pero me doy cuenta de lo que le pasa.
-Sentís culpa. Le digo
-¿Qué decías?
-Sentís que engañaste a G conmigo. Que lo corneaste. Y por eso estas así ahora.
Por eso me echas la culpa.
Hace una pausa donde solo escucho su respiración.
-Que observador te volviste últimamente.
-No lo engañaste N.
-Eso no me hace sentir mejor.
-Pero se te va a pasar.

lunes, 19 de octubre de 2009

MOMENTOS

Fragmentos que me hacen pensar en un final feliz...

....
Esa mañana fue ella la que se levantó a preparar el café.
Desde el dormitorio, mientras hago fiaca en la cama, la escucho cantar.
Y pienso. ¿Cuanto tiempo ha pasado?, o mejor pensado: ¿Cuántos años hace que no escucho a N cantar?.
Y yo vuelvo a ser el generador de eso. N no solo se siente relajada conmigo. Vuelve de a poquito, a tener dosis de felicidad, como cucharadas de azúcar en su vida.
Esa canción me lo dice.

....
N me llama al celular.
Es noche del viernes. Una noche en la que no estaba planeado vernos.
-Esta noche me doy cuenta que en lugar de extrañarlo a él, te estoy extrañando
a vos. Por ahi tenés algo que hacer, no quiero joderte ningún plan. Pero me encantaría verte.
-Hoy, el único plan en mi vida sos vos. Te voy a buscar.

.....

N comienza a coquetar conmigo. El domingo sucedió.
Cuando estábamos en "su" (¿nuestra?) casa, en la cocina comedor me preguntó si deseaba un poco de Coca Cola.
Veníamos de caminar y teníamos calor. Yo estaba sentado en la mesa del comedor y le respondí que si. Entonces lo hizo: Me dió la espalda, se inclinó sobre la mesada para buscar el vaso y sacó la cola, se le levantó la remera y pude ver como en esa pose su cintura se hace tan pequeña que esas curvas me hacen enloquecer de deseo.
No había ninguna necesidad de inclinarse así, salvo una: N se esta encendiendo otra vez.
.....

N comienza a pensar en un futuro juntos.
Estamos en la cama, tomados de la mano, los dedos entre cruzados, a oscuras y me dice
-Si todo esto nos sale bien, ¿te parece que sigamos viviendo separados?. Digo..no nos quedan dudas de que la convivencia nos cagó la vida en los últimos años juntos, entonces...¿para que cometer otra vez el mismo error?
Es lo mas sensato que le escucho decir a N desde que estamos juntos de nuevo.
-Totalmente de acuerdo. Sigamos descasados, que nos hace bien.

Hay mas, pero sigo otro día.

domingo, 18 de octubre de 2009

LA MARGARITA

Estas dos semanas con N han sido una montaña rusa emocional.

Tanto, que el viernes al ir a mi primera sesiòn de la segunda temporada de
terapia con un nuevo psicòlogo, este me dijo:

-Por todo lo que escuche y observè en esta sesiòn, no me queda mas remedio que derivarlo a un psiquiatra. Ese trastorno compulsivo que tiene, por ejemplo.
Y este plan de reconquista de la ex lo puede llevar a depender de una medicaciòn.
No perdamos tiempo, yo no lo puedo atender.

Me anota el dato de un psiquiatra, su telèfono y domicilio.

Parece que N no es la ùnica que tiene los patitos fuera de fila.

Me acuerdo de una amiga de mi niñez que a los 12 años ya estaba enamorada y sufría por un amor no correspondido.

Mientras caminaba conmigo arrancaba las margaritas y las deshojaba gajito por gajito mientras repetía “me quiere”, “no me quiere”, “me quiere”, “no me quiere” mientras a su lado, yo pateaba piedritas haciendo goles imaginarios huyendo mentalmente de ese incomprensible sufrimiento.

Un día hay frases y gestos de N que me indican que todo va a naufragar.
Y al otro día, todo lo contrario: cosas que me dice o hace que me iluminan de esperanza.

Incluso eso puede pasar en un mismo día, con diferencia de apenas horas.

A veces la culpa es mía. Mi ansiedad me hace cometer errores. Gestos que me nacen, que ella interpreta como presión.

Un ejemplo es el gesto de darle la mano. La otra noche, en ese paseo nocturno por mi barrio, mis dedos se rozaron con su mano y ella me la agarró firmemente, entrelazando sus dedos con los míos, como en nuestros mejores días.

El día del feriado intenté lo mismo en otro paseo, ahora matinal, y ella me rechazó.

-Por favor, no me presiones. Me dijo molesta.
-Disculpame, pero me confundís. La otra noche no tuviste problemas, ahora si.
-Lo de la otra noche fue un momento especial. Una excepción.

Pienso…”¿se referirá a un momento mágico?” pero me veo a mi mismo siendo poco modesto.

-¿me dejas que te haga una interpretación? Pregunto.
-No me hagas terapia.
-Si lo vas a tomar así, no te digo nada.

Caminamos un rato en silencio pero sé que su curiosidad es tan infinita como la mía, en eso somos iguales, y que siempre esta urgando en mi mente, siempre queriendo saber un poco mas de mi.

Pero sobre todo, si se trata de mi pensando en ella.

-A ver, decíme.
-Que no me quieras dar la mano, tiene que ver con G. Tenés miedo que algún conocido de el pase por esta calle, nos vea tomados de la mano, y luego se lo cuente a él. Esa noche me diste la mano porque era de noche y porque la calle casi no tiene tránsito. Ademas, cuando estuvimos separados antes de G caminábamos por las calles de nuestro barrio de la manito, sabiendo que todos los vecinos ya sabían de nuestro divorcio y riéndonos en complicidad imaginando el desconcierto de nuestros vecinos y la generación de “rumores de arreglo” que iban a circular por el barrio. O sea, lo hacíamos hasta por bromear. Por todo eso sospecho que AHORA, lo de la manito tiene que ver con G. No conmigo.

-Nada que ver. Primero que G sabe que esto esta pasando. O al menos lo sospecha. La verdad es que darte la mano a vos hoy es acordarme de que hacía eso con él. Esa noche que vos decís no me pasó eso. Hoy si. Es así de simple. Cuando te dé la mano a vos, porque estoy con vos en mi mente, como la otra noche, entonces te la doy.
No me presiones, por favor. Tratá de entenderme. Esto me va a llevar unas semanas o meses. Quiero estar con vos, pero por ahora, esta es de la única manera en que yo puedo estarlo.

Me siento como un idiota, así que me quedo callado decodificando todo lo que me dijo.

Me doy cuenta que serán semanas o quizas un par de meses de dar, dar y dar, para no recibir casi nada de parte de ella. Pero ella està herida, desequilibrada, y hasta que sane, esperar otra cosa de parte de ella sería un error.

Durante nuestro noviazgo y quizas la primera década juntos, siempre fue al reves. Era ella la que amaba con locura, y yo me sentía que jamas iba a poder alcanzar ese nivel con N. Su amor me desbordaba, me llevaba a niveles que me superaban.
Así que se muy bien cual es su capacidad de dar cuando ella esta sana.

Cuando me siento mal y me dan ganas de mandarla al carajo, me recuerdo estos planteos que me devuelven la paciencia que este "caso" amerita.

Seguimos caminando en silencio. Como estamos por pasar por la cuadra donde está el edificio donde vivímos juntos durante 14 años, sugiere cambiar de dirección.

Hacemos eso, cruzamos la calle cambiando el oeste por el norte.

En ese momento, me hubiera gustado encontrarme una margarita en la vereda.

Pero no hay.

jueves, 15 de octubre de 2009

Y SI TODO FUERA...

Domingo 11 de Octubre

N no pudo respetar el paréntesis que ella misma propuso.
A las pocas horas de dejarla en su casa, debí interrumpir un electrizante partido de fútbol en mi ps2 por una llamada al celular suya.
-Me siento muy mal. Me dice con una voz que casi no reconozco.
Esta en un mar de lagrima. Se ahoga por el llanto.
-Porque tenia que pasarnos todo esto....porque te lastimaron a vos, y me cagaron a mi, porque nos lastimamos tanto, porque no volviste a mi cuando te lo pedí, porque....si nos queríamos tanto, me dejaste...porque venís ahora que ya es tarde....no ves que quiero volver a vos pero hay algo que no me deja....
Llora tanto que se su voz me suena casi desconocida.
Estoy totalmente conmovido. Me hundo en mi sillón de cuerina negra mientras siento que la angustia me desborda. Nada me desarma mas que escucharla sufrir.
-Supongo que teníamos que aprender....le digo y me interrumpo porque me quiebro, pero no quiero que ella me escuche. Hago una pausa. Tomo aire profundamente. Seco mis lagrimas y solo recién le digo
-Supongo que esto nos pasó porque tenemos que aprender una lección. Es lo único que se me ocurre decirte, mi vida. Que todo esto es por algo. Créeme que es por algo. Si todo lo que tuve que pasar fue para volver a vos , entonces todo valiò la pena.
La escucho que lanza un llanto desgarrador y me quiero matar por la impotencia de no estar ahí.

-Dejame que vaya a verte.
-No. Espera. Yo te llamo. Después... y me corta.

Apago la tv y me voy a tirar en la cama. Me quedo dormido.
Veo que no hay ninguna llamada de N en mi celular.
Decido no llamarla. Respetar el paréntesis que ella pidió.
Cerca de las once de la noche me llama.
Se escucha mas calmada. Todo ha pasado.
Me pide que la vaya a buscar. Quiere dormir conmigo.
Recorro los 6 kilómetros que nos separan para ir a buscarla.
Dos horas mas tarde estamos juntos en la cama.
Nuestras piernas se entre cruzan. Nuestras pieles se acarician. Volver a sentir su suavidad, su perfume, su pelo en mi cara. Se aprieta contra mí. Me muero por besarla pero me contengo. Siento sus largas pestañas contra mis mejillas. Su respiración en mi cara. Le acaricio la cabeza, el pelo. La beso en los ojos, en las mejillas, en la nariz. No puedo parar de darle pequeños besos que se repiten. Le pregunto si la canso, me dice que no. Quiero gozar de esos minutos por los que tanto anhele. Se que se me van a escapar y ya no se van a repetir. Se que se me terminan, que son los últimos. Por eso los disfruto intensamente.
Y creo que ella también por como se me pega al cuerpo. Como si quisiera fundirse conmigo.
Quisiera hacerle el amor ya mismo, pero sé que no es el momento.
Nos dormimos abrazados. Con su respiración en mis mejillas. Y su corazón pegado al mío.
Me siento en un sueño del que no me quiero despertar.
Pero despierto con el sol en mi cara esa mañana del lunes.
Puedo verla dormir un rato. Veo paz en su rostro. Entonces se despierta, me descubre miràndola y una sonrisa ilumina su rostro y mi vida. Se vuelve a apretar contra mi.
Sé que son ratos prestados.
Que no son míos. Que se me van.
Pero estuvieron.
Y con eso, por ahora me alcanza.

miércoles, 14 de octubre de 2009

MARTES 13

Martes 13 de octubre 22 hs

Estamos cenando con mi hija.
Cuando le estoy sirviendo el pollo a la parrilla me comenta sobre su fin de semana largo en Las Grutas (una playa cerca de Viedma).
-No estuviste mucho al sol. Le comento porque la veo tan pálida como cuando se fue.
-En cambio vos estas coloradito. Me dice mirándome el rostro y sonrié ampliamente.

Recuerdo las tres horas que pasé bajo el sol con N en el patio de la casa tirados en la reposera hablando y compartiendo silencios, mate y música.
Nuestros dedos recorriendo la piel del otro con el bronceador.
La forma en que me miró cuando abrí los ojos luego de que me colocara el protector solar en el rostro.
-Esos ojos siempre te van a salvar. Me dijo.
-Y a vos esa nariz perfecta.
Ahí está la química otra vez. Intacta.
Nos miramos por un espacio de tiempo que parece una eternidad.
“¿Me vas a besar N? Porque yo no pienso hacerlo” pienso.
Nos reímos porque quizás ella esta pensando lo mismo.
La complicidad sigue estando. No se ha perdido.
Me tiento y amago darle un beso en la boca pero me detengo a mitad de camino y me congelo ahí.
-No te hagas…..me dice N sonriendo
-Vos no te hagas ilusiones. Le digo

“No le comentemos a nuestros hijos sobre nosotros. Ni nuestros avances, ni nuestros tropiezos. No quiero que se hagan ilusiones” me había dicho N y yo había estado de acuerdo en todo.
Así que ante el comentario de mi hija, no digo nada.

-Ya me contó mamá que estuvieron tomando sol. La película que vieron juntos. Que volviste a almorzar con los abuelos. Que caminaron por tu barrio.
Me quedo con el tenedor en la mano interpretando lo que Laura me acaba de decir.
N ha comenzado a hablar de mi. Y esta contando cosas que no debería contar.

No esta mal para un martes 13.
Luego recibo un mensaje en el celular de ella que me dice
“Buenas noticias. La psico me adelantó el turno y comienzo mañana”
Viento a favor.

martes, 13 de octubre de 2009

PASEO NOCTURNO

Sábado 10 de Octubre

La noche anterior a la propuesta del paréntesis.

Estamos en mi departamento.
Hemos terminado de cenar la comida que yo preparé y ella enciende un cigarrillo
mientras me ve lavar los platos.
-Tengo ganas de comer chocolate. Me dice N.
Le comento que hay un kiosco a solo dos cuadras.
La noche esta preciosa para caminar, así que nos vamos caminando.
Le doy la mano y ella la acepta.
Mientras vamos caminando recibe una llamada.
Ella atiende y por el diálogo me doy cuenta de que habla con un hombre.
N le agradece algo que él le esta ofreciendo.
Le dice que no se preocupe que está bien. Que está acompañada por “alguien” que la hace sentir bien. No pregunto nada y hago de cuenta que no escuché la llamada.
En estos días juntos he descubierto que N tiene una media docena de buitres dando vueltas. He sido testigo directo. No me lo ha contado ella.
Las voces que se escuchan son distintas. No es la misma persona.
Supuestos amigos que quieren contenerla. Le preguntan como esta. Que si le hace falta dinero. O si necesita cualquier cosa.
Ella me dice quien es quien. Me los nombra. Me da datos sobre ellos. Como los conoció. Ninguno es amigo de G.
A veces olvido que hace 15 meses que no se nada de N y que estas cosas no debieran sorprenderme.
.
Entonces me doy cuenta que N tiene en quien respaldarse.
Que estoy equivocado cuando pienso que solo yo puedo contenerla.


Cuando volvemos del kiosco, seguimos tomados de la mano.
N me dice que le encanta el barrio donde alquilé. La tranquilidad, el escaso tránsito, los chicos en patineta, las veredas limpias, los jardines cuidados.
Luego me cuenta que amigos de G le han comentado que él está solo, que Carla decidió separarse por un tiempo de él porque se dio cuenta que la ruptura con N lo afectó demasiado.
También sé que G ya se enteró que yo estoy detrás de N y que no va a acercarse a ella hasta que no este definida nuestra situación.
El único peligro es que N desee volver con G.
El temor me hace confesarlo.
-A veces me das la sensación de que vas a volver con G. Le digo en un momento de franqueza.
-Carlos, mirame. Detenemos la marcha y me hace mirarla a los ojos.
-Cuando una mujer quiere reconquistar un hombre hace todo por lograrlo. Nada la detiene. No voy a mentirte, yo lo sigo amando. Pero es un hombre que me volvería a hacer lo mismo una y otra vez porque él sigue amando a las distintas mujeres con las que estuvo. Podría soportarlo si solo fuera una, pero son tres. Yo me negaba a ver esto, pero ahora que ya pasaron dos semanas, lo veo claramente. Y cada día que pasa me distancio más de él a pesar de que lo extraño horrores. Pero preguntate con quien estoy ahora. No quiero ilusionarte pero tampoco te vayas al otro extremo. Voy a poner todo de mi para que esto funcione. Cuando sea el momento quizás pueda volver a amarte.
Volvemos a caminar en dirección a mi domicilio.
Se escuchan nuestros pasos y el ladrido de los perros.
Diálogos como estos me conceden la esperanza.
Hoy se que N no me esta usando, que pudiendo estar con otros prefiere pasarlo conmigo y que cuando me invaden los fantasmas ella está allí para alejarlos.
Todo esta por verse.

domingo, 11 de octubre de 2009

EL PARENTESIS

Voy a empezar por el final.

Ha pasado una semana muy intensa.
Cinco encuentros con N han sido suficientes.
Al principio todo parecía muy favorable.
N atravesaba la etapa del rencor con G. Y yo fui el beneficiario directo.
Pero eso fue cambiando.
El miércoles sucedió lo inevitable.
Volvimos a tener sexo.
Fue un error, provocado por el deseo, el vino, por ella, por mi, inevitable.
Y ahí hubo como un quiebre.
N comenzó a sentirse culpable.
En su mente, ella traicionó a G conmigo.
Ella vuelve a ser feliz mientras el sufre.
Ahora me doy cuenta que con el transcurso de los días N sigue muy enamorada de G.
Que con solo 3 meses de historia, G la marcò profundamente.
Y que del rencor y el odio pasó a extrañarlo, a sentir su ausencia, a justificarlo, a necesitarlo, todo en poco mas de 72 horas.
Comienzo a dudar que la historia éste realmente terminada como ella dice.
Creo que ella puede volver con G, a pesar de que diga lo contrario.
Mis señales de alertas se activan.
Mi instinto de supervivencia proclama ser escuchado.

Hoy veo todo mas claro.
Le entregué mi corazón en bandeja pero mis ojos, mis sentidos y mi mente no han dejado de observar cada detalle, cada palabra que ella dijo, cada gesto.
Me doy cuenta que N seguirá buscando toda su vida lo que le hizo sentir G.
Lo mismo que yo le hice sentir hace 25 años y durante una década, pero que ya fue, y que por el paso del tiempo, la convivencia, el desgaste y la rutina, no podré volverle a hacer sentir.
Si ocurriera lo contrario, seria un milagro de la terapia.

Quizas una semana luzca como muy poco tiempo, que me estoy apresurando.
Pero veo que me estoy involucrando cada vez mas y que se esta formando un alud que puede aplastarme definitivamente.

La mañana del domingo despertamos juntos otra vez.
Ella se acurruco junto a mi. Luego se dio la vuelta y yo la rodee con mi cuerpo, en cucharita.
Acaricie sus cabellos un largo tiempo.
He estado pensando toda la noche lo que le voy a decir.
Me cuesta horrores tomar esta decisión.
Pero ella me gana de mano. Me dice.
-No podemos seguir así. Me doy cuenta por todo lo que hablamos, que puedo destruirte sin quererlo.
O que puedo quemar la ultima chance que tengo con vos. Tengo que preservarte de toda la locura que tengo o te voy a perder a vos también antes de intentarlo.
-Estaba pensando lo mismo. Hagamos un paréntesis. Vos ya empezas la terapia el otro lunes, ya vas a estar contenida con alguien. Yo también. Dejemos de vernos por unas semanas y veamos que pasa.

Puede sentir de antemano cuanto me va a doler alejarme de ella otra vez.
Pero se que si no freno ahora, me hago puré.

En mi interior se que la operación reconquista ya puede considerarse un fracaso.
Como estaba anunciado.
Pero necesitaba vivirlo.
No me arrepiento.

Ahora conozco a una nueva N. Se como siente, piensa, lo que viviò con G, tengo informaciòn que antes no tenìa. A esta N la conocì gracias a mi intento por recuperarla.

Igual pasaran dos o tres meses donde habrá que ver como reacciona N a su terapia.

Si vuelve por mi o decide seguir su camino en busca de nuevos amores.

Parece que hay blog para rato.

jueves, 8 de octubre de 2009

TARDE DE PERROS

Sábado 3 de octubre, 16 hs.

Hay eventos fortuitos que nos afectan, de un modo u otro, de tal manera que luego pensamos que si no hubiera ocurrido, quizás la historia hubiera sido distinta.

Esa tarde del sábado estoy paseando mi perro. Hace calor. Es esa hora en que el barrio esta quieto, los autos no transitan sus calles, y las veredas están desiertas.
Mientras mi pastor alemán camina junto a mi a un ritmo cansino, con la lengua afuera por el esfuerzo del paseo y el calor, voy pensando en que le voy a decir a N.

En realidad pienso si se lo voy a proponer o no. Esa es mi gran duda.

Una decisión que puede cambiar mi vida y la de ella, o no.

Que le diga, como se lo diga, como la mire, como me mire, mis gestos, los gestos de ella, todo eso va a definir nuestro posible encuentro nocturno, en apenas 15 minutos.

Solo falta eso para que ella salga de su trabajo, camine las cinco cuadras que la separan de la casa y yo termine de pasear mi perro.

Estoy muy ensimismado en mis estrategias mentales cuando al pasar por una casa, un niño de unos seis años o quizás menos, abre la puerta de la calle.

Escucho un terrible gruñido, pero ya es tarde.

Un dogo blanco decide atacarnos porque estamos en su territorio.

Por el tamaño, me parece que es una perra.

Uno de mis peores temores se esta cumpliendo. Ya he sufrido tres ataques territoriales de otros perros en los casi siete años que tiene mi perro.

Tengo algo de experiencia en como resolverlo. Pero siempre temí que alguna vez nos pasara esto con un dogo. Un perro cuya fuerza de la mandíbula puede vencer a mi perro y matarlo sin problemas.

Grito –Nene llamá a tu papa!! Mientras intento separar los perros.

Pongo mi cuerpo entre ambos perros. Prefiero que la dogo me muerda a mi, le tiro patadas en la cabeza que no le hacen mella. La perra ni siquiera me mira, sigue atenta a la mirada de mi perro. Comienzo a transpirar y siento mi corazón latiendo a mil. El pulso parece haberse subido a mis sienes. Al ponerme entre los perros cometo un grave error. Ahora mi perro cree que la dogo me quiere atacar y se pone como loco.

Los dos se ponen frente a frente y levantan sus patas, como si fueran caballos. Se sujetan del cuello del otro con las patas delanteras mientras se intentan morder.

No dejo de pensar en la asesina mordida del dogo. Cuando se paran en dos patas aprovecho para tirar mi cuerpo sobre los perros y logro separarlos. Pero la hago peor, me caigo y ahora los perros están libres y sin intermediarios que los separe.
Temiendo lo peor los escucho gruñir y ladrar enfurecidos. No veo sangre en el piso. Por ahora la pelea es una bravuconada, no se lastiman, pero eso puede cambiar en un segundo.

Entonces ocurre un milagro. La dogo de tanto dar vueltas luchando con mi perro, enreda su cuello con los dos metros de cadena gruesa con la que paseo a mi perro.

Aprovecho esa gracia del destino para acercarme al dogo por atrás. Me pongo encima de él pero por detrás, y comienzo a tirar de la cadena para estrangularlo. El perro se retuerce y lucha desesperadamente, pero su cabeza esta hacia delante y yo lo tengo apretado con mis piernas, parado por detrás de él.

La descarga de adrenalina es tan grande que me tiembla todo el cuerpo, pero ahora solo pienso en dominar a la bestia. Lo aprieto con todas mis fuerzas mientras mi perro sigue tratando de morderla..

No aparece el dueño del dogo. No hay nadie en la calle que me ayude. Por un instante pienso que voy a tener que matarlo.

Pero no, siento una voz interna que me dice “ya es suficiente” cuando veo que el perro deja de luchar y caen las patas traseras mientras gime. Se queda quieto y aflojo la cadena. Rápidamente la desenredo y la dogo se escapa corriendo del lugar y se mete otra vez a su casa.

El niño nos sigue mirando. Todo ha durado menos de un par de minutos, pero pareció una eternidad. Reviso a mi perro buscando heridas. No hay sangre en la vereda.
Lo toco por todos lados, buscando alguna herida, pero no. Solo fue un susto.

Nos vamos a nuestra casa. Estamos a solo tres cuadras. Llegamos y N ya está esperándome.

Me ve llegar, pálido, tembloroso, la abrazo y le cuento lo sucedido.

He perdido todas mis estrategias, mis razonamientos calculadores, mis ensayos mentales sobre lo que le iba a decir.

N me sirve algo para tomar.

Ya no tengo miedo de proponérselo y se lo debo en gran parte a los perros.

Entonces la miro a los ojos y le digo

-Quiero que lo intentemos por última vez.

miércoles, 7 de octubre de 2009

LA TEORIA DEL BLOQUEO

Trasnoche del viernes…

Me puse a escribir para aclarar mis pensamientos y mis estrategias.

Mientras espero la reacción de N con los emails, escribo...

Esto es como estar atrapado sin salida.
Por un lado no puedo contenerla como amigo, porque se que esta situación sería mas dolorosa para mi.

Para estar al lado de ella sin que me afecte, necesito al menos una esperanza. Una chance.

Por otro lado estoy obligado a contenerla.
No hay otra persona mas que yo que pueda levantar a N y salvarla de lo que se le viene.

Es cierto, N no está para tener una relación con nadie. No importa,
se esperar y lo importante es estar acompañandola ahora.

Soy constante y paciente. No tengo apuro, te puedo seguir esperando N.

Si tengo una chance, puedo contenerla y de paso que no me afecte emocionalmente el “mientras tanto”.

Es cierto que si fracaso, me va a doler.

Pero no voy a estar solo, tendré al terapeuta de guía y para que me ayude si sale mal.

No creo en el “te deseo y te quiero, pero no te amo” de N.

Señales….

¿Por qué me llamas tanto por telèfono N, si estas enamorada de el?
¿Por qué te tiembla la voz como cuando recién nos conocimos?
¿Por qué te aferras a mi si no es amor?
¿Porque seguí leyendo en tus ojos el deseo en mi si estabas con el?
¿Por qué te acostaste conmigo dos semanas antes de besar a G por primera vez?
¿Por qué extrañabas las cosas simples conmigo si las tenías con el?
¿Por qué la memoria te tortura con eso?
¿Por qué me decís te deseo cuando apenas rompiste con G?
¿Costumbre? No, justo vos que no tenés constancia para nada,
Que abandonas todo, que siempre te aburris y después lo dejas,
no me vengas con que es por costumbre.

No te creo el “te deseo pero no te amo”.
En otra mujer puede ser, pero yo a vos te conozco.

Creo que eso es un bloqueo mental del que se sale con terapia.
Me doy cuenta ahora que eso es algo que nunca probamos, nos faltó eso.
Necesito una última apuesta con vos,
y ahora me doy cuenta que tengo la ficha en el bolsillo.
Así que la pongo en el tapete.
Si ella acepta la terapia, me tiro como por un tubo.

Sigo esperando la reacción de N. Miro el reloj en mi celular. Pasó poco más de una hora.
Recibo un mensaje en el celular
“Lo que mandaste es hermoso!!!”
Luego otro que dice:
“¿como me podes querer tanto?”
Le contesto con otro mensaje: “es lo que vos generas”
La llamo. Pero no me atiende. Entonces me manda otro mensaje:
“No puedo parar de llorar. No puedo hablar. No me llames hoy. Mejor mañana”
Y otro que dice...

"Pero si solo se trata de dormir, mañana duermo con vos"

Cuidado con lo que deseas, podrìa cumplirse.

martes, 6 de octubre de 2009

COSAS QUE AHORA PUEDO DECIRTE

Viernes...

N me llama a la oficina a las cuatro de la tarde, la atiende el contestador y ella deja el mensaje

-Carlos, quería avisarte que justo hoy tengo turno con mi doctora y salgo 17:30, como el consultorio esta cerca de tu oficina me gustaría verte, tomar un café juntos en algún bar…podrá ser?

Le atiendo antes de que corte y le digo que no tengo problemas. Quedamos en que la paso a buscar con mi auto al consultorio de la neuróloga.

La paso a buscar y cuando sale del consultorio la observo caminar hacia mi.

Me parece un extraña. Creo que es ese raro corte de pelo que se hizo que parece largo pero es corto, que no la favorece para nada. No me gusta como le queda, pero por supuesto, ni pienso decírselo. Tiene mejor semblante que en la madrugada. No tiene ojeras, camina erguida. Se acerca y me sonríe. La miro bien y no parece haber llorado.

-No puedo creer la cantidad de canas que te salieron. Me dice sorprendida.
-No me puedo teñir como vos. Le digo sonriendo y me bajo del auto pero no le doy un beso. Prefiero mantener la distancia. Voy hasta la puerta del acompañante y le abro la puerta.
Se sorprende por el gesto y me dice.
-¡Epa! ¿Aprendimos modales?
-Después de dos docenas de citas te queda el hábito.
-Me gusta ese perfume. Me dice.
-Es el de siempre.

Sube, doy la vuelta, me subo al auto y partimos.
Tengo que bajar el vidrio del auto porque el perfume de ella es tan intenso que me satura.
Me mira mientras yo conduzco.
Me empieza a decir piropos, comienza a parecerse la N de siempre. No caigo en el juego, no le digo nada, solo sonrió.
Hablamos de su enfermedad. Me cuenta que la doctora le recetó una pastilla nueva que tendrá que tomar de por vida, pero que le está haciendo bien.
-Es increíble que con esto que me pasó, con esta crisis, no esté tirada en la cama del dolor.
Llegamos a un bar. Elegimos una mesa de la calle, para que ella pueda fumar.
Comienza con un casi monólogo que dura una hora y media. Yo estoy mas interesado en mirarla, escucharla, analizarla y estudiarla que hablar, así que trato de no interrumpirla. Me cuenta toda la historia que le ocurrió de madrugada, otra vez, pero ahora con lujos de detalles. Le cuesta mirarme a los ojos, casi ni lo hace.
-¿Porque no me miras a los ojos? Le pregunto.
-Es que…me pareces un extraño. Me siento rara.
-A mi me pasa lo mismo.
Estoy recordando que la última visita que me hizo N a mi departamento fue como a mediados de junio
(dos semanas antes de comenzar con Gustavo) para tener ese sexo eventual que no me dejaba despegarme de ella. Han pasado solo tres meses y medio pero parece una eternidad. Y siento como ella, que estoy ante una perfecta extraña, que jamás se acostó conmigo. En estos momentos la estoy mirando y me descubro que no tengo deseo por ella.

Quizás sea por eso que la siento una extraña, creo que es la primera vez en mi vida que la miro y no me despierta el deseo.

Me sigue contando sobre su historia con Gustavo. Cuando ya comienzo a aburrirme, le comento que me tengo que ir a hacer unas cosas y damos por terminada la charla.
Pago y nos vamos.
Pero al comenzar a caminar juntos hacia el auto comienzo a sentir una angustia que me invade.
Me doy cuenta mientras avanzamos, que no quiero separarme de esta extraña. Que quiero seguir escuchándola. Seguir sintiendo ese perfume. Y ella ya se va. Así que le digo que la acerco hasta su casa.
El viaje dura media hora. Puedo estirar un poco mas el encuentro.
N no para de hablar en todo el viaje. Esta de muy buen humor. Me hace chistes. Me sorprende verla así, tan animada. Me doy cuenta que todavía no le cayó la ficha. Yo estoy melancólico. Estoy pensando en que cuando la deje, la voy a extrañar.
N se da cuenta y me dice..
-Pucha!...te estas poniendo mal
-N…yo…lo siento…no puedo jugar al amiguito con vos. Es inútil. Siempre termino sintiéndome mal después.
-Carlos, vos estas sin pareja. Ahora yo también. Tenemos que apoyarnos mutuamente. ¿A quien jodemos?
Estemos juntos, nos hacemos compañía. Nos hace bien estar juntos. ¿Por qué no podemos estar bien entre nosotros?
-A vos te hace bien. Ese es el punto. A mi me hace mal.
Pero cuando le digo esto, me doy cuenta que no tiene mucho sentido. Sé que N esta sola. Y si yo no la apoyo, se va a venir abajo y la primera afectada será Laurita, que vive con ella.
-Pero igual. Le digo –No te voy a dejar sola en esto. No voy a dejar que te caigas. Vos me necesitas y yo voy a estar. Siempre fue así.
-En eso tenes razón.
Llegamos a la casa. Decido bajarme para saludar al perro.
-Entra un ratito. Me dice.
Llegar juntos a la casa, otra vez, como siempre. El perro llora al reconocerme. Me siento como si me estuviera despertando de una larga pesadilla. Ya no hay usurpadores en mi casa.
N y yo entrando juntos.
La nena que viene a saludarnos.
Decido quedarme un rato mas. No quiero irme, ¿a quien quiero engañar?
Mi hija me sirve el tiramisú que preparó y cada vez le sale mejor. El perro entra, y sube medio cuerpo sobre mis piernas. Lo acaricio. Intenta robarme el tiramisú. No lo dejo y lo reto.
Y nos quedamos los tres.
Entre risas, postre y más café, mientras cae la noche sobre la ciudad y los perros comienzan a ladrar, me doy cuenta que tengo otra oportunidad.

Probablemente la última.
Llegó la hora de tomar una decisión.
Una de las mas difíciles de mi vida.

Ya en la noche, estando solo en mi departamento, tomo mi primera decisión.
Decido mandarle por email lo que escribí alguna vez y que en este blog aparecen en la etiqueta “cosas que no puedo decirte”.

Ahora si te lo puedo decir, N.

Corte y pegué, preparé el email y le puse
“enviar”.

El par de misiles viajan en el medio de la medianoche directos al corazón de N.

Si estan pensando...."¡Gil! ahora N corta y pega el email, lo pone en el google y descubre tu blog" les digo...Muy poco probable, para N internet es solo chat, no tiene inquietudes de navegante, ni mucho menos blogeriles.

Le mando un mensaje al celular que dice

"te mandé por email algo lindo"

me contesta: "¿si? ahora lo leo"

Ahora, a esperar.

sábado, 3 de octubre de 2009

EL ENGAÑO

Mientras voy por la autopista en la búsqueda de N, me siento algo así como el Dr. Jeckyl y Mr. Hide.

Por un lado me siento con todo el derecho a gozar con lo que le esta pasando. ¿Para que mentirme a mí mismo? Lo estoy sintiendo en mi estómago, es el regocijo interno que no puedo dejar de sentirlo. Saber que todo lo que yo le predije se cumplió al pie de la letra y que ella mordió el polvo. “Ahora vas a probar lo que yo sentí”
“sufrí perra, sufrí!!” y todo ese tipo de pensamientos banales que surgen por el costado vengativo.
En la medida en que los kilómetros transcurren esa sensación se va disipando y mi lado compasivo comienza a trabajar. Me recuerdo a mí mismo como me sentí. Y saber que ahora lo siente ella me hace un nudo en el mismo lugar donde antes sentía regocijo. Acelero el auto para llegar más rápido hasta ella.

Cuando llego con el auto la veo a N sentada en la mesa del bar. Ella me ve estacionado pero con el motor en marcha, se levanta y viene hasta el auto.
Hace dos meses que no la veo. Parece más delgada, más pequeña. Tiene el pelo planchado (¡alerta rojo!) pero más corto, como si hubiera perdido mucho pelo. Esta vestida con un buzo blanco y un jean.
Se sienta del lado del acompañante.
-Hola!. Me dice pero no me besa. Se queda quietita, mirándome. No me mira a los ojos.
Veo la vergüenza en ellos.
Damos una vuelta con el auto muy despacio, son casi las 5 AM, las calles están desiertas, y decido estacionarme frente a la plaza vacía para poder prestarle toda la atención.
-Hace unas semanas Gustavo comenzó a mostrarme su faceta depresiva. Tomaba mas whisky de lo habitual, lloraba o estaba deprimido. Es un tipo que sigue muy enrollado con las tres relaciones anteriores que tuvo.
Veo que no me mira a los ojos, entonces le hago seña con las manos y le digo
-N, estoy acá. Mirame cuando me hablas.
Sonríe mientras seca sus lágrimas. Le cuesta mucho mirarme. Lo hace pero baja los ojos a cada rato.
-Estuve a punto de no acompañarlo a Buenos Aires. Tuvimos una pelea. Decidí no ir. Después me convenció. Pero estando allá, lo sentí muy distante.
Baja la cabeza y mira el suelo.
Le tomo el mentón y le hago subir la mirada hasta mis ojos. Le paso los pulgares por sus lágrimas.
Abro la gaveta y le paso unos pañuelitos de papel.
-¿y entonces? Le pregunto.
-Entonces esta semana se borró. Dejo de venir. Me llamaba y lo notaba deprimido. Me asusté. Me contó que una vez intento suicidarse. Entonces, como a las dos de la mañana sentí el impulso de abandonar la cama. Me pedí un taxi y me vine. Llegué a su departamento. Y cuando me atendió por el portero eléctrico y me escucho, me pidió que me fuera, no me quería atender. Entonces le golpeé la puerta al portero que justo estaba sacando basura. Y como el me conoce, porque yo casi vivía ahí. O al menos todos los fines de semana. Me reconoció y me abrió. Subí y al llegar a la puerta del departamento de Gustavo escuche la voz de él que hablaba con alguien. Y le estaba hablando de mi. Le decía que yo era una loca que lo perseguía, que lo acosaba, que no lo dejaba en paz, que era una puta que había dejado al marido para comenzar a loquear, y no se cuantas barbaridades mas. Entonces ella habló y al principio no me di cuenta, pero luego la reconocí. Era la voz de Carla, su ex novia. Ella le decía algo que no entendí.
Entonces toque timbre. Y Gustavo, el muy tonto, abrió la puerta, le puse el pie y cuando me vio se puso pálido y quiso cerrarla pero se encontró con mi pie, que no lo dejó. Entonces yo ya estaba adentro.
Carla estaba desnuda, o sea tenía una bata encima. El tenía una toalla en la cintura. Se ve que habían estado cogiendo. El olor a polvo se sentía. Pero te digo la verdad, lo que mas me dolió fue lo que le estaba diciendo de mi. Le dije de todo. Estaba tan furiosa que los dos se asustaron.
Conozco a N furiosa, así que le creo.
-El se puso de parte de Carla. Le dijo que el hecho de que yo estuviera ahí demostraba que yo lo acosaba. Y Carla me dijo que Gustavo quería volver con ella y que estaba dispuesta a pelar por el. No hace falta, le dije, te lo regalo, la basura no me interesa.
N seca sus lagrimas pero no rompe en llanto. La veo abatida. Pero no siento necesidad de abrazarla. No me sale. Ni acariciarla. Me parece que estoy con una extraña. Es la primera vez que tengo esta sensación con ella y me parece horrible.
-Por favor, llevame a casa. Me dice.
Pongo el auto en marcha y nos vamos.
Ya en la autopista me dice
-No puedo perdonarlo. Esta relación se terminó. Me siento como una boluda. Que se lo creyó todo. El era casi perfecto. Generoso, atento, amable, cariñoso, me cocinaba, hasta me limpiaba la casa, me estaba por llevar a Alemania en el verano para conocer a un hermano que vive allá. Me presentó a los hijos, a los otros parientes, teníamos tantos proyectos, era tan atento con nuestra hija, casi un padre para ella,
viví una novela rosa durante casi 4 meses..como me pudo hacer esto..
-la pareja perfecta no existe. Le digo
-Es un enfermo!! Me dice y pronuncia esa palabra con mucho énfasis.
-N, si me perdonàs. Vos sabes que yo siempre fui muy sincero con vos. Y justo ayer tuvimos ese chat en el msn, mirà que casualidad no?, justo yo diciéndote que todavía te amo y que por eso no puedo escucharte mas, o sea quedó clarito que ya no hay rencor....verdad?. Justo antes de que pasara esto, no
pudo ser mas oportuno ese chat.
Ella asiente con la cabeza.
-Bueno, desde mi corazòn y con todo lo que te amo te digo que a vos te volviò lo mismo que vos hiciste conmigo. Te dejaron por otro y hubo una infidelidad.
-Tenes toda la razón. Me dice
-La vida es así y vos siempre me lo dijiste, que todo volvía en la vida, y un día vos te olvidaste de eso, hasta de tus propias creencias. Y ahora eso te explotó en la cara. No es que Gustavo sea un enfermo. ¿Vos eras una enferma cuando me dejaste?. Cada relación va dejando huellas en las personas, persistencias en la memoria que se multiplican por cada personaje que pasó por tu corazón. Gustavo tuvo 3 relaciones largas. Cuando vos elegiste a Gustavo te olvidaste de todo. Así que no es culpa de el.
Ya no llora. Tiene la mirada perdida en el camino. La veo tranquila ahora. Mas bien resignada. Pero aliviada.
-Que bien me siento con vos. Te extraño tanto. Uno no quiere comparar a las personas.
-Es imposible eso. Le digo
-Tal cual. Pero siempre sentí con Gustavo que me faltaban partes de vos. Estaba feliz, pero sabes, yo me daba vuelta y esperaba encontrarte parado ahí y que estuvieras vos y no el. Pero lo raro es que....
.Que?
-Que yo no te amo. Te quiero con toda mi alma pero no te amo.
Siento el estilete que me clava en el corazón. Justo pasamos por un hotel transitorio, y al verlo ella lo mira y sin mirarme me dice
-pero tengo ganas de coger con vos....me gustas tanto...
No siento deseos de acostarme con ella, al menos por ahora.
-N tenes que comenzar una terapia urgente. Estas perdida en un laberinto. Y yo estoy igual. Yo justo empiezo la semana próxima. Hace lo mismo. Yo te voy a acompañar en todo lo que pueda. Ahora estas sola, es diferente. No te voy a dejar que te sientas sola. Podes contar conmigo. No podemos estar los dos mal, tenemos la nena, no podemos olvidarnos de ella.
-Me siento tan culpable, tan fracasada pero lo que tengo claro es que no quiero lastimarte mas.
-No podes prometer eso hasta que no hagas lo que te digo.
-Lo voy a hacer.
Llegamos. Bajamos. La acompaño hasta la puerta.
Nos miramos a los ojos.
Ella se pone en punta de pie y me da un beso seco en los labios, muy breve.
-Si me necesitas llamame. Le digo
Ella entra.
Y yo me voy.

viernes, 2 de octubre de 2009

LA COMPLICACION

Viernes 4 AM

Suena mi celular. Pero no es la alarma para despertarme. Es una llamada.
-¿Si?
Escucho la voz de N totalmente alterada
-¡Tenías razón! Gustavo es….UN HIJO DE PUTAAAAAAAAAAA!
No entiendo si estoy soñando o realmente estoy despierto
-¿Qué pasó?
N no para de llorar. Esta desconsolada.
-¡Vos me lo advertiste!!! Se cumplió todo lo que me dijiste…solo me usó para
cogerme!!!
-¿De que hablas N?
-Fui hasta su departamento…y lo descubrí…..cogiendo con su ex novia.
-¿Cuando?
-Hace una hora…me quiero matar!!!! No puedo creer que sea tan hijo de puta!
-¿N donde estas?
-Necesito…. Llora otra vez y luego agrega…..hablar con alguien y su llanto desgarrador lo siento en mis vísceras.
Y le digo
-Voy.

jueves, 1 de octubre de 2009

TABLAS

Sé que si pienso como un estratega me salvo, y que si escucho a mi corazón me hundo.
Y mi arma secreta antes del encuentro es ese email robado.
¿Quién lo robó?.

Seguramente alguien del chat donde G y N se reencontraron y donde hoy gastan horas chateando.
N es algo así como una “celebridad de chat” y eso provoca envidia y celos.
En ese mismo chat yo estuve algunos meses (hasta que me aburrí) y logré algunas amistades virtuales.
Dejé de participar en ese chat un par de meses antes de separarme. Nunca mas entré.
Una de esas amistades del chat luego se reveló como hacker.
Y yo sospecho que es una mujer.

En el email N manipula a G con una advertencia de ruptura “devolveme el DNI”, “te devuelvo el dinero”,
“no olvides que tus herramientas están en casa”…y el “voy a tratar de no hablarte para no jorobar mi vida” son claros mensajes de que N le ha sacado la tarjeta amarilla a G (como mínimo).
Sin embargo, N deja la puerta abierta. No es un email de ruptura. Es un email de alerta rojo.

Se que no estoy listo para un encuentro cara a cara. Le propongo hablar por el msn a la tardecita.

Después de una ducha relajante, voy a la heladera por un flan Nestle. Estoy desesperado del hambre luego de una hora y media de gym.

He descubierto que este flan es muy similar al casero. Me concentro en hacer llegar el caramelo que esta abajo del envase hacia la parte de arriba. Epa! Este viene con dulce de leche. Mejor, para momentos como estos, el azúcar en la sangre suele ayudar mucho.

N aparece en el msn cuando ya me bajé la mitad del flan.

El diálogo duró dos horas y esta reducido a lo mas importante. Incluso no fue fluido. Cada uno pensó bien lo que escribía, de modo que hubo pausas como en un partido de ajedrez.

-¿como estas?
-bien…
-Carlos, ¿porque me dijiste todo eso ayer?
-Para que entiendas que no se trata de rencor si te digo que no quiero verte o no quiero escucharte.
-Para mi es muy fuerte que me digas después de casi un año y medio de separados que me seguís amando y me seguís deseando. Así que decime….¿que queres hacer?
-¿Qué quiero hacer? (¿que clase de pregunta es esa?, pienso)
-Quiero hacer otra vez terapia y buscarme un nuevo amor, eso quiero hacer.
-Carlos..yo tengo una nueva pareja y estoy tratando de ser feliz al lado de el.
Pienso…..¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿?????????????????????
-N yo no te lo dije para que vos te vuelvas conmigo. Que te quede claro, ni siquiera pienso en eso. Te repito, te lo dije para que entiendas que mi duelo no está cerrado y por lo tanto tenés que ayudarme desapareciendo de mi vida o como eso es imposible, al menos limitando tu “presencia” lo máximo posible. Es mi única manera de llegar a estar en paz con vos algún día.
-Quiero que sepas que podes contar conmigo para lo que sea.
-Yo te agradezco infinitamente, pero vos ahora no me podes ayudar.
-Es que no puedo verte así, la concha de la lora!!!!
Y entonces me pregunta
-¿Cómo me podés querer tanto todavía?
No le puedo contestar. En este punto he dejado el flan, ya no puedo comer.
-N, ya nos dijimos lo que teníamos que decirnos…
Me interrumpe escribiendo:
-Estoy triste
-Si estas triste estando en pareja, entonces no es por soledad, como es mi caso.
Tenés que hacer terapia, si no es por vos, hacelo por el.
-Me siento culpable y fracasada por lo de nuestro matrimonio.
-Eso tenés que hablarlo en terapia N. Como hice yo. En su momento lo hablamos, te dije que en
una ruptura no hay culpables. Hace terapia otra vez.
-Lo que pasa es que…yo tengo una relación si, pero extraño tu presencia. A veces te necesito. No es lo mismo con el.

En este punto puede parecer que N me quiere hacer sentir bien y me lo dice solo por eso, pero ella no está diciendo que yo soy mejor que G, sino distinto. Y eso es cierto. G tiene una personalidad muy distinta a la mía. No se si mejor o peor, pero distinta, seguro.

-No compares N.

-Noooo yo no comparo, solo te digo que estando con él a veces te extraño a vos

-N, nosotros venimos de un tupper. No tenemos experiencia en tratar con gente que pasó por otras relaciones. Gustavo viene de 3 relaciones largas. Yo creo que vos como no podés manejar eso o te sentirás perdida, me extrañas a mi. Pero lo que vos
tenes que hacer es hacer terapia para entender esta nueva relación. O vas a fracasar. Las terapias no son solo por las rupturas, también por las nuevas relaciones.


Veo que el caldo se va poniendo espeso, así que agrego

-Y disculpame. Pero apenas me puedo hacer cargo de mi duelo, así que no puedo hacerme cargo del tuyo. Si estando en pareja estas mal, tenés que hacer terapia vos también. No puedo hablar de estos temas con vos, no puedo ser tu amigo. Quizas algún día. El tiempo lo cura todo. Pero no ahora. No me cuentes lo que te pasa con G. No quiero saber, no puedo saber.

-Solo te pido que me leas por última vez. Te juro que esta es la última. Necesito que me orientes..
Tardo en contestar y pienso que no me cuesta nada.
-a ver….
-Creo que el no me ama por lo que yo soy.
-Lo importante son las cosas que el hace por vos N.
-El hace todo por mi
-¿y entonces?
-Es que hay algo que me oculta. Es un presentimiento.
-No N. Disculpame. Esto lo tenes que hablar con una psicóloga. No es un tema en el que pueda ayudarte o con una amiga, pero no conmigo.

Se hace un silencio y ahora puedo seguir con mi flan.
-Ok. Gracias por esta charla. La necesitaba. Parece que el destino
quiere que otra vez me quede sola.
-Hacé terapia N, para que no te sientas que volviste a fracasar.
-Lo haré.
-Te dejo, pero acordate. Te lo pido por favor. Esta fué nuestra....
-Es la última, obvio Carlos, ya lo sé.
-No digas obvio que queda como el culo.
-jajajaj te seguís enojando por lo mismo? No cambiaste
-no me jodas, empezaste a decir obvio a los 45 años de tanto chatear con los porteños
-jajja Sabe que yo te extraño. Que te quiero mucho. Y si un día necesitas algo, yo al toque estoy ahí.

El algo suena tentador, pero no.

-Gracias N. Chau
Se despide y yo apago el msn.

Si no fuera por el email hubiera pensado que N me doró la píldora todo el tiempo,
que todo lo que me dijo fué para lavar culpas y hacerme sentir bien, pero por el contenido del correo, sé que esta siendo sincera al menos en que está teniendo conflictos con G.

Luego de cerrar mi msn fui hasta la biblioteca, tomé la guía de profesionales de mi obra social, busqué el psicólogo mas cercano a mi domicilio.
Encontré tres.

Ta-te-ti-suer-te-pa-ra-ti

Me fíjé donde cayó mi dedo índice. Busqué mi celular.

Y saqué un turno.
´
A la noche llegó un mensaje a mi celular en respuesta a otro que yo había enviado.

Es de M, una mujer que conocí en primera cita de internet el fin de semana.

Leí:

"Si. Quiero volver a verte".