PENSAR EN NADA

El lunes N regresó de su viaje a Bs As.
Llegó en el vuelo cercano al mediodía.
Apenas si tuvo tiempo de darse una ducha, ponerse el uniforme y correr hacia su trabajo.

Y entonces recibí la llamada.

-¡Hola! ¿Cómo estas?
- Estoy. ¿Cómo te fue?
- Mal. Confirmaron el diagnóstico de acá. Fui a un hospital y también hice una consulta privada. Los dos coincidieron en que no se puede operar. No hay margen por como esta comprometida la médula.
-Igual era demasiado riesgo, N.
-No sé que voy a hacer con tanto dolor.
-Tenés que dejar de trabajar. Comenzá a tramitar la pensión por invalidez. Mirá que lleva tiempo.
-¡No puedo dejar de trabajar!
-Tenés una pareja.
-¡No quiero depender de nadie! Además con Gustavo ya tenemos muy clarito que ni vamos a casarnos ni a convivir.
-La ayuda no tiene nada que ver con casarse o convivir, N. Vos lo sabes. Tiene que ver con el amor. Además es cuestión de tiempo, pero por tu problema, te van a despedir. Hacete a la idea: vas a tener que depender de alguien.

Se hace un silencio y luego me cambia de tema.
-El único tratamiento que me calma es la osteopatía. Y los turros de los médicos te comen 3 sesiones por cada vez que vas. La obra social te cubre 30. En diez semanas me comí el tratamiento. Ahora cada sesión
Me cuesta 45 dolares.
-Si das de baja a la banda ancha, con eso cubrís una sesión por mes. Eso es mejor que nada.
-Necesito al menos dos por mes.
Pienso “que Gustavo te pague la otra” pero no se lo digo.
-Eso es mejor que nada.
-Además ahora tengo comprometido el cíático. Hay veces que no puedo salir de la cama del dolor.

Recuerdo a mi hija comentándome que la madre se pasa no menos de dos horas en la pc de casa conectada a un chat.
-Tenes que dejar de usar la computadora de casa. Por tu salud, da de baja a Internet. Ese vicio tiene mucho que ver con tu dolor.
-Pero yo solo miro, no toco el teclado.
Se que no es así, pero no me interesa discutir el tema, así que le digo.
-N, siento mucho todo lo que te pasa. Pero pensá que al menos estas acompañada. Tenes una pareja que te ayuda. No estas sola en esto. Pase lo que pase, el va a estar a tu lado. Por otra parte, ya me informaste todo lo que me tenías que informar sobre tu salud, por si te pasa algo y yo tengo que hablar con los chicos. No puedo hacer mas nada por vos.

Se hace un silencio y me dice:
-Bueno…¡gracias por escucharme!
-Por nada. Que estés mejor.
Y le corto.
Debería estar pensando “de la que me salve” pero si así lo hiciera sería entrar en el juego de ella.
En lugar de eso…
Me quedo pensando…
En nada.