POR UNOS DOLARES MAS

S sonrió, me miró profundamente a los ojos y me preguntó si había estado saliendo con alguien en estas semanas.

Le respondí que solo había tenido una cita y que descubrí que ella no era la correcta para mi.

-¿Y a mi ya me descartaste? Me preguntò haciendo una mueca.

-Lo nuestro había terminado.

-Yo no lo terminé. Te pedí un tiempo. Nunca lo di por terminado.

-Y no te di ese tiempo porque sentí que no podía concederte mas tiempo. Para mi si fue una ruptura y lo viví como tal.

-No podía dedicarme a vos con el problema de mi amiga, ni hacerte participe de semejante kilombo. Pero ahora ya esta. Ya terminó para mi. Mi amiga ahora tiene que hacer su duelo en soledad. Yo la seguiré apoyando pero ya no es lo mismo.

Ya no es lo mismo, pienso. No quiero verte mas. Quiero salir de acá. Me voy.
Entonces recuerdo que para salir del edificio se necesita de una llave con clave que cada propietario tiene. Me pregunto como reaccionará S ante una negativa.

Hay un viejo axioma masculino de supervivencia que reza “nunca rechaces a una mujer en su territorio”. Sobre todo con alguien con rasgos psicòticos como S. Asi que decido esperar, simular confusiòn emocional y partir cuanto antes de ese lugar.


S se levanta de la silla y viene hasta donde estoy yo para sentarse en mis piernas y me abraza. Me aprieta fuerte con sus brazos y yo decido abrazarla pero sin demasiado entusiasmo. Estoy preguntándome que sigue. Cuando me dice.

-¿No me vas a dar otra oportunidad?

-Bueno....estoy muy confundido. Dejamelo pensar un poco. Le digo

En realidad no necesito pensar nada. Esta todo muy clarito para mi. Pero no quiero un escándalo y mas estando de visitante. Así que intento ganar tiempo.

-¿Ahora sos vos el que necesita un tiempo?

-Es que me sorprendes. No estaba preparado para esto. No se lo que siento.

Se levanta y vuelve a su lugar. Se queda pensando y la observo.

-En realidad te llamè por dos cosas. Una para reencausar lo nuestro y otra porque te quería pedir otro favor.

-Decime.

-Vos la otra vez mencionaste que conocías a un par de prestamistas que tenes como clientes. Y yo pensaba que tal vez vos me podías conseguir de ellos unos ochocientos dólares que estoy necesitando.

La miro y la verdad no estoy sorprendido. Le respondo:

-Es muy difícil conseguir dinero hoy en día. La plaza esta seca. La provincia no le paga a los proveedores. Las petroleras tampoco. Nadie tiene un mango. Hay mucho riesgo para cobrar. Los prestamistas pequeños se retiran a la espera de vientos mas favorables.
Mañana puedo hacer un par de llamadas, pero no te hagas ilusiones.

No pienso llamar a nadie porque estoy muy caliente. Pero no se lo digo. Me hago bien el boludo. Que crea que el gil le va a conseguir mas platita fresca. Y mañana que se coma el garrón.

La necesidad del dinero es porque S le salió de garantía a una sobrina en un alquiler.
Me había dicho que con el dinero que yo le di era suficiente para solucionar el problema. Me mintió. Esta ensartada hasta el mango. Ahora necesita otros ochocientos dolares.¿Mañana?

S no tiene bienes registrables. No puede sacar un prestamo a su nombre ni firmar pagares. Me esta pidiendo implicitamente que yo le salga de garantìa en este nuevo prestamo.

Pero S tiene otros recursos: dos hijas profesionales y un ex marido en muy buena posiciòn econòmica a quien recurir. Me dice que no quiere pedirles a ellos por verguenza. Entonces me queda claro que esto no es nuevo, que esto de pagar por ser garante ya le pasò alguna vez. Es una mujer que no aprende de sus errores.

S tiene un recurso màs y que es suyo: un plazo fijo a 30 dias renovable.
Entonces le digo:

-No tiene sentido tener un plazo fijo de diez mil dòlares y que termines pagando un interes que va a ser tres veces lo que te rinde el plazo fijo.

-Mi plazo fijo ya no quiero tocarlo. Ya perdì un cuarto del dinero con el robo. No quiero tocarlo hasta recuperar lo que tenìa.

Puedo tolerar muchos defectos, pero el de la avaricia, no lo soporto.

Me levanto de la silla.

Le digo que me tengo que ir. Cuando estamos en el ascensor se acerca hasta mi para besarme. Siento deseos de apartarla pero no lo hago. Pero no le correspondo en el beso. Entonces se aparta molesta y me dice
-¡Pero que alejado que estas!
-Lo siento. Estoy confundido.
Me mira con decepción.
En el pasillo del vestíbulo hace frío. Como ella esta con solo una polera, siente el frío en el cuerpo y se sobrecoge. Estoy de suerte, no habrá charla de pasillo.
Me acompaña hasta la puerta y me abre con la llave especial.
Ya en la vereda me siento libre y fuera de los dominios de S.
-¿Te conectas esta noche? Me pregunta
-Veo como estoy. Le digo

Si se como estoy. Estoy dispuesto a perder mi dinero con tal de sacarmela de encima.

Pero antes me quiero dar el gusto de una pequeña venganza.

Entonces miento cuando le digo:

-Mañana te llamo para ver como me fue con los prestamistas.

Y me fui.